María Teresa Campos ha fallecido a los 82 años. Si echa la vista atrás pocas cosas le quedaron pendientes teniendo en cuenta que consiguió ganar el título a una de las mejores comunicadoras que han pasado por la radio y la televisión. La incombustible periodista pudo presumir de currículum, así como de haber librado batallas muy difíciles en la vida ante las que plantaba cara y siempre se levantaba.

Y es que la andaluza no era de las que renunciaba, ni se amedrentaba. Solo así se explica que haya disfrutado toda la vida de su trabajo y, que tras verse golpeada ella y su familia por el cáncer, sufrir un ictus o tener que apartarse de la vida pública debido a su enfermedad degenerativa, no dejase nunca de ser un pilar para todos.

En los últimos años, María Teresa Campos pasó de dar las noticias a convertirse ella en la protagonista de las mismas. También tuvo que decir adiós a grandes amigos y compañeros como Mila Ximénez o Jesús Mariñas. En el plano sentimental se recompuso de un desamor y también se vio obligada a hacer una mudanza tras vender su casa de Molino de La Hoz. Momentos difíciles, que La Campos consiguió sobrellevar de la mejor manera.

En la vida de María Teresa Campos el éxito estuvo siempre muy presente, pero también supo lo que es vivir el lado más amargo de las cosas. La periodista y las mujeres a las que más quiso fueron golpeadas por el cáncer. Una enfermedad que se llevó muy temprano a su hermana Araceli y le ha hizo revivir sus peores pesadillas cuando Terelu le comunicó la fatal noticia del cáncer de mama que padecía en su pecho derecho.

En su propia piel, la matriarca del clan de Las Campos supo lo que era hacer frente a esa enfermedad. En 2008 la periodista abandonaba por un tiempo la televisión para recuperarse de un cáncer de garganta que le había aparecido en forma de nódulos. Su familia se entregó al completo a sus cuidados y los tratamientos hicieron finalmente el resultado esperado: María Teresa Campos se curó, pero no fue un camino nada fácil para la veterana presentadora.

Hace siete años la vida le puso una prueba más en el camino en la que tuvo que ser intervenida para que le quitaran la vesícula biliar. Bajita de fuerzas al principio, pero sin perder ni un ápice de su carácter, la presentadora mantenía que "este problema estaba en vías de resolverlo" después de haber sentido un dolor tan fuerte que no se lo quería ni volver a imaginar ni podía desde luego explicarlo.

Y, cuando todo parecía más tranquilo en su vida, en mayo de 2017, la salud de María Teresa Campos volvía a ser noticia tras sufrir un ictus. Un susto muy grande del que afortunadamente salió sin "ninguna secuela ni señal en el cerebro", y de lo que ha llegado a decir en alguna ocasión la periodista, que fue algo provocado por muchos disgustos que estaba viviendo. Un suceso que pasó cuando Edmundo Arrocet, que era en ese momento su pareja, estaba a miles de kilómetros, concursando en 'Supervivientes'.

En el amor, la vida de María Teresa Campos ha estado marcada por varios hombres con los que compartió grandes momentos de su vida. La comunicadora tuvo que despedirse antes de tiempo de José María Borrego. Su pérdida les dejó completamente hundidas tanto a ellas como a Terelu y Carmen Borrego. "Lo pasamos muy mal todos tras la trágica muerte".

Y, aunque le costó dejar abierta la puerta al amor, al final este entró de manera inesperada. La reina de la televisión vivió romances fugaces y otras historias que aún recuerda con mucho cariño. Entre esas relaciones hay nombres como Félix Arechaveleta, José María Hijarrubia, Gustavo Manilow, Felipe Maestro o Santiago García.

En 2014 irrumpía Edmundo García en su vida durante un viaje a Gran Canaria y tras costarles hacer público su noviazgo el humorista y la televisiva se hacían inseparables. Una historia que tuvo un final triste dado que el exconcursante de 'Supervivientes' y de 'Secret Story' desapareció de la noche a la mañana despidiéndose de María Teresa Campos a través de un mensaje de texto.

Hace un año y después de un tiempo intentando vender su casa, María Teresa Campos colgaba por fin el cartel de ‘vendido’ en su mansión. La periodista lograba así vender el que hasta durante años fue su domicilio, aunque tal como indicaban sus hijas, esto le generaba un sabor agridulce a la periodista.

La que era una lujosa mansión con un total de 6.365 metros cuadrados: 12 dormitorios, 15 cuartos de baño, sala de cine, piscina interior y gimnasio pasaba a un nuevo comprador y, significaba un adiós para siempre de un lugar en el que ha vivido tantos recuerdos.

Pese a que la venta fuese una buena noticia para ella y que se instaló en una casa más pequeña al lado de la de su hija Terelu Campos, la veterana periodista sufrió mucho con este cambio.

A pesar de ello, María Teresa, como buena mujer todoterreno que era, consiguió recuperarse de este bache, pues para ella el afán de superación era una de sus grandes metas.