Anabel Pantoja rompe a llorar desconsoladamente tras convertirse en madre: "Esto no me lo esperaba"

Anabel Pantoja rompe a llorar desconsoladamente tras convertirse en madre de su primera hija. La exconcursante de 'Gran Hermano VIP' no ha podido contener las lágrimas y, sin parar de llorar, ha explicado a sus seguidores el motivo por el que ha terminado derrumbándose de esta manera.

Desde su casa de Gran Canaria, a la cual se trasladaba este domingo tras recibir el alta hospitalaria, la sobrina de Isabel Pantoja ha contado a sus seguidores cómo están siendo estos primeros días desde que Alma, su hija en común con David Rodríguez, llegara a este mundo.

Un story de ella en el salón mientras se escucha a su hija llorando de fondo, ha sido lo primero que ha publicado esta mañana. Con cara de extrañeza, la también exconcursante de 'Supervivientes', bromea con la idea de lo que le espera el resto de sus días. "Bienvenida a la maternidad, Anabel", se dice a sí misma.

Horas más tarde, la sevillana ha reaparecido envuelta en un mar de lágrimas. "Por Dios, esto no me lo esperaba", dice la devota de San Gonzalo.

"Muchas gracias, de verdad", continúa a lágrima viva mientras explica que acaba de recibir un desayuno y dos enormes ramos de flores. Anabel suele emocionarse con este tipo de detalles, aunque las hormonas del embarazo podrían estar magnificando aún más sus sentimientos. "Es que acabo de recibir dos ramos de mis amigas de Sevilla. Uno es para mi madre", explica completamente desconsolada mientras habla de la soledad que siente en estos momentos.

"Las echo mucho de menos", confiesa Anabel, que quiso dar a luz a su hija en Gran Canaria y por ello no ha podido ver a muchas de sus amigas y seres queridos tras dar a luz. "Son de la floristería de aquí, que son supermajos y de la cafetería a la que voy siempre a desayunar... Me han mandado mi desayuno, mirad", comenta mientras enseña la tosta de aguacate con huevo frito que parece llevar su nombre. "La primera pulga Panto junto a tu princesa Alma, ¡las queremos!", escriben desde el establecimiento en el que diariamente Anabel parece pedir este desayuno.