Maite Galdeano revela su paradero y su compañía tras su desaparición de las redes sociales

El conflicto entre Maite Galdeano y Sofía Suescun no se ha solventado, tan solo se ha quedado en stand by después de que ambas exconcursantes de 'Gran Hermano' dieran su versión del tema en '¡De viernes!'. Tras la última aparición de la madre de Cristian Suescun en el mencionado programa de Telecinco, eliminó todas las fotos de Instagram, preocupando mucho a sus seguidores, que por fin están tranquilos porque ha reaparecido compartiendo su paradero y su compañía.

La última vez que se sentó en el plató del programa presentado por Santi Acosta y Bea Archidona, la navarra se midió con su yerno, Kiko Jiménez. Una noche complicada con la que se escribía un capítulo más del conflicto que implica a toda la familia y tras la cual Maite decidía desaparecer de las redes y borrar toda su huella digital. Lo último que se había contado fue en 'Fiesta' y es que estaría planeando mudarse cerca de su hija, que reside en la localidad madrileña de Valdemorillo.

La exconcursante de 'Pesadilla en El Paraíso', de 55 años, no confirmó ni desmintió esa información, pero esta misma semana reaparecía en Instagram para mostrar que seguía en su piso de La Manga. Ahora, tan solo dos días después ha decidido volver con fuerza y confirmarle a sus seguidores en sus stories que está en esta localidad murciana que considera un lugar privilegiado y que no está sola, sino que está compartiendo planes con dos mujeres de edad similar.

La madre de la ganadora de 'Supervivientes 2018' le ha confesado a sus 'followers' que está valorando cada día un poco más las ventajas de vivir en La Manga, que está descubriendo gracias a sus amigas, con las que ha pasado el día: primero, fueron a comer a un restaurante y, después, hicieron un plan de los que tanto le gustan a la de Pamplona, gran amante del deporte, y es que hicieron una ruta hasta Cabo de Palos.

Las imágenes del plan se pueden ver en el primer vídeo del artículo y en ellas se aprecia a Maite Galdeano muy sonriente y relajada, disfrutando del buen tiempo, de la compañía de estas dos mujeres y de las bondades de tener un piso totalmente reformado con vistas al mar. Unos stories en los que por primera vez en mucho tiempo no hace referencia a su conflicto familiar, no lanza pullitas a ningún miembro de su familia y no destacada su soledad.