"Solo tengo ganas de llorar y que no me vean mis hijas porque no sé para dónde tirar", así describe Juan Ángel el sentimiento de las cinco familias de Catarroja que van a tener que derribar sus adosados ubicados en una urbanización de Catarroja (Valencia) situada a unos pocos metros del tristemente conocido barranco del Poyo.

La DANA arrasó sus viviendas provocando profundas grietas y daños estructurales que obligan a tirarlas abajo. "Estamos desalojados desde el 4 de noviembre. Hemos estado un tiempo en casa de unos amigos y ahora en una vivienda que nos ha dejado mi jefe y con un vehículo de empresa porque lo perdimos todo", explica Juan Ángel.

Casi tres meses después de la riada y de los informes técnicos, en 15 días serán derribados estos adosados. "El coste de tirarlos abajo y la recogida del escombro sube a 120.000 euros, menos mal que el ayuntamiento se ha volcado con nosotros y pagará la recogida del escombro que sube a más de 50.000 euros", asegura el vecino.

Aún así, los afectados no saben cómo van a afrontar los gastos de la demolición. "Yo todavía tengo que pagar 85.000 euros de hipoteca", explica, además todavía no saben cómo van a pagar la reconstrucción de las viviendas. "Todavía no hemos recibido ninguna ayuda ni la indemnización del Consorcio, no sabemos con el dinero que vamos a contar", lamenta.

Por ello reclaman ayudas directas para aquellos que se ven obligados a derribar sus casas por la DANA. "Están muy bien las ayudas para los coches y garajes, pero no hay ninguna habilitada para casos como el nuestro, una familia con dos hijas de 6 y 12 años que se queda sin hogar", señala Juan Ángel, que pide "tener una casa como la que tenía, no quiero dinero en el banco, solo recuperar mi vida".

El adosado de Víctor también va a tener que ser derribado. "Está para tirar, está dañada de forma muy peligrosa, no se puede ni pasar", asegura. Desde que tuvo que abandonarla, está viviendo con su hija a la espera de una solución. "Esperamos tener ayudas suficientes para acometer esto, aunque todavía no tenemos ni presupuestos para la reconstrucción", explica.

En la urbanización, ubicada en la calle Tribunal de las Aguas, hay otros 35 adosados de tres plantas, estos aunque se han visto afectados, no tienen dañada la estructura. Sin embargo, la comunidad va a tener que hacer frente a otros gastos porque las aceras están destrozadas y el agua y el lodo destrozó muros y zonas comunes. "Toda esta zona son sedimentos del barranco y la construcción aquí no era la más adecuada. Si le sumas lo que ha pasado, estas son las consecuencias", afirma un vecino.

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