Los vecinos del barrio de Orba, en Alfafar (Valencia), uno de los más afectados por la DANA del pasado 29 de octubre, están indignados ante la situación de abandono que aseguran están sufriendo por parte de las instituciones.

En esta zona, el agua y el lodo llegó en algunos puntos hasta los dos metros y medio de altura y centenares de bajos vivienda quedaron totalmente destruidos.

Más de dos meses después de la tragedia, 574 de estas viviendas en planta baja, de un total de 164 edificios, siguen estando inhabitables por el lodo que se acumula en el subsuelo. "Todavía hay toneladas de barro en los forjados sanitarios y la única solución que nos da el ayuntamiento es que se deje secar y que si sube la humedad a las viviendas que la sequemos con un trapo con lejía", afirma Andrea Castillejo, propietaria de una de estas viviendas en las que vivía su madre.

Ante la falta de soluciones, los vecinos encargaron un informe a un grupo de técnicos voluntarios formado por arquitectos, ingenieros y sanitarios, que concluyeron que el lodo acumulado puede provocar problemas de salud para los vecinos. "Hay personas que sufren problemas respiratorios como asma, bronquitis y alergias. A mi madre le han diagnosticado una broquitis crónica que antes de la DANA no tenía", explica.

En este sentido, los expertos consideran especialmente preocupante la proliferación de un tipo de hongos (Aspergillus) en las paredes que están estrechamente relacionados con enfermedades pulmonares como asma y aspergilosis, infecciones localizadas, como otomicosis (oídos), infecciones oculares y enfermedades cutáneas, como dermatitis.

La razón a estos riesgos de salud la encontramos en la composición de estos lodos que según los expertos pueden contener grasas, metales pesados, contaminantes orgánicos, bacterias y otros elementos potencialmente peligrosos, por lo que proponen "realizar analíticas del agua corriente, para confirmar la salubridad de este servicio básico".

En este informe, los técnicos alertan también de los posibles daños estructurales en los edificios que puede provocar la acumulación de este lodo en los forjados sanitarios y aconsejan a las autoridades la revisión de los inmuebles.

Ante esta advertencia, Andrea ha decidido por su cuenta agujerear el suelo de su vivienda y sacar el barro del forjado del subsuelo. "Llevamos solo media casa y hemos sacado ya siete sacos grandes de lodo, que nos decíán que se iba a secar y está completamente húmedo", afirma.

Otros vecinos, sin embargo, están rehabilitando sus casas sin haber retirado el lodo. "No son conscientes del riesgo que puede suponer a corto y medio plazo", explica Alicia, otra de las vecinas afectadas.

A esta situación se une el retraso en la llegada de las ayudas económicas prometidas a los vecinos. "Todavía no he recibido ninguna ayuda de la Generalitat ni del Gobierno de España ni las ofrecidas por Amancio Ortega. Por lo que por ahora, lo que estamos haciendo lo estamos sufragando con nuestros propios recursos", afirma Andrea.

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