La reciente DANA que azotó la Comunidad Valenciana ha dejado a su paso un impacto devastador en el sistema de Metrovalencia. La base principal de Ferrocarrils de la Generalitat (FGV), València Sud, situada entre Picanya y Paiporta y a escasa distancia del barranco del Poyo, quedó completamente inutilizada. Este centro es crucial para la operación ferroviaria, pues alberga el puesto de mando que controla todo el tráfico de las líneas de metro. Ahora, los usuarios enfrentan una paralización que afecta no solo las líneas ferroviarias, sino también las infraestructuras viales cercanas.
Aunque los plazos son todavía inciertos debido a los graves daños en el material rodante y a la falta de personal, FGV se apresura a instalar un puesto de mando alternativo en los talleres de Machado. De las 19 unidades trasladadas a Machado, seis presentan desperfectos significativos. La recuperación del servicio será gradual y con frecuencias limitadas, similares a las de los días festivos.
El conseller de Infraestructuras, Vicente Martínez Mus, confirmó que el 6 de diciembre será la primera fecha clave en el proceso de recuperación. En esa jornada, las líneas 3, 5 y 9, junto con los tramos norte de las líneas 1, 2 y 7, reanudarán su servicio.Las operaciones comenzarán desde San Isidro y se espera que las conexiones hacia Bétera, Llíria y Marítim estén disponibles.
Sin embargo, los retos son mayúsculos en la zona sur, especialmente en Paiporta, donde el puente ferroviario y las vías han desaparecido. Allí se han iniciado trabajos de reconstrucción con dos contratistas ya en acción. Paralelamente, se habilitará un servicio de lanzadera hacia Torrent como medida provisional.
Para enero de 2024, se prevé devolver cierta funcionalidad a València Sud como estación intermodal. Los usuarios podrán acceder al metro desde esta estación utilizando autobuses lanzadera o sus propios vehículos. El objetivo es habilitar tres vías principales y parte de los talleres. Sin embargo, los plazos dependen de la disponibilidad de materiales esenciales como balasto, carriles y elementos de vía, cuya entrega se ha visto retrasada. Actualmente, maquinaria pesada y camiones trabajan a contrarreloj levantando vías de 12 metros en parejas para garantizar que las operaciones avancen.
El tramo sur es el mayor desafío: renovar 50 kilómetros de vía sin una fecha clara de reapertura. Según el conseller, este trabajo podría extenderse entre cinco y seis meses, aunque advirtió que los proyectos se ejecutan "sobre la marcha". El ritmo, aunque intenso, no será rápido, una advertencia clara para quienes esperan la recuperación total del servicio. La magnitud de los daños asciende a 90 millones de euros, un tercio del presupuesto total de FGV para 2024. Hasta ahora, se han invertido 40 millones en obras prioritarias, como la rehabilitación del puente ferroviario en Paiporta, que ronda los cinco millones, y las reparaciones en València Sud, que superan los 15 millones.
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