Los vecinos de un pueblo de Castellón, sin agua en sus manantiales

La falta de lluvias y la sequía siguen causando estragos en la provincia de Castellón, y ahora los vecinos de Albocàsser se enfrentan a la falta de agua en dos de sus manantiales más importantes. Según ha informado el Ayuntamiento a través de redes sociales, las fuentes de Mas de Brusca y Na Tosca han dejado de suministrar agua debido a la falta de precipitaciones.

El municipio ha señalado que estas fuentes permanecerán cerradas hasta que se produzcan lluvias abundantes que permitan la regeneración natural de los manantiales.

Las fuentes podrían contener un alto nivel de residuos

A diferencia de las fuentes urbanas que se encuentran en el casco del pueblo, estas dos fuentes son frecuentadas por personas que buscan aprovisionarse de agua natural y no tratada. Sin embargo, el Ayuntamiento ha advertido que, dado el bajo nivel de agua disponible, no es recomendable intentar recogerla, ya que podría contener un alto nivel de residuos. La única solución, según insisten las autoridades locales, es esperar a que llueva de manera significativa.

La sequía, presente en varias localidades de Castellón

La situación en Albocàsser es solo un reflejo de los graves problemas que la sequía está generando en diversas localidades del interior de Castellón. Hace unos días, Benafer se convirtió en el primer municipio de la provincia en imponer cortes prolongados de agua debido a la escasez. Del mismo modo, Los Calpes, una pedanía de Puebla de Arenoso, ha estado sin suministro de agua potable durante todo el mes de agosto, lo que obligó al cierre de sus fuentes urbanas, ya que el agua que emanaba no era apta para el consumo humano.

Cortes de agua

En Los Calpes, la situación fue tan crítica que se establecieron cortes de agua domiciliaria entre las 22.00 y las 8.00 horas, y el agua que llegaba a las viviendas solo podía ser utilizada para limpieza e higiene personal. Ante esta emergencia, el Ayuntamiento repartió agua embotellada a los residentes, cuya población aumenta significativamente en verano, pasando de unos 50 habitantes a alrededor de 450. Afortunadamente, ayer se informó a los vecinos que, gracias a la cesión de un pozo particular por parte de un residente y tras la confirmación de Sanitat, ahora cuentan con agua apta para el consumo humano.

Estos casos subrayan la gravedad de la crisis hídrica en Castellón, donde las autoridades locales se ven obligadas a tomar medidas drásticas para enfrentar una situación que parece no tener solución a corto plazo, salvo la esperanza de que lleguen las tan necesarias lluvias.

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