La falta de lluvias es un tema muy recurrente en la Comunidad Valenciana, concretamente en la provincia de Castellón, que se enfrenta a una de sus peores sequías de los últimos años.
Según el último informe de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), a estas alturas del año, los embalses de la provincia se encuentran al 16,74% de su capacidad, muy por debajo del 40,27% del mismo periodo del año anterior y del 47,92% de la media de la última década.
Esta preocupante situación ha provocado que en plena campaña estival, con una ola de calor y montes llenos de vegetación seca, los embalses de Castellón no pueden ser utilizados para recargar los medios aéreos en caso de incendio mermando así la capacidad de respuesta ante incendios forestales.
El lado positivo de todo esto es que los incendios, al menos de momento, no han sido tan habituales como otros años, siendo el fuego de Ortells en Morella, el único fuego significativo que quemó unas 20 hectáreas hace unas semanas. Recordemos que el año pasado el incendio del Alto Mijares quemó 3.380 hectáreas y obligó a desalojar a más de 1.500 vecinos de localidades cercanas.
Debido a las condiciones actuales, los medios aéreos y terrestres que actúen en caso de incendios no podrán usar los embalses para recargarse, sino que deben utilizar los depósitos del aeroclub del Grau de Castelló, el Aeropuerto de Castellón en Vilanova d’Alcolea, o incluso en el mar Mediterráneo. En situaciones de emergencia, también se podría recurrir a embalses en provincias cercanas, que no están tan afectados por la sequía. Además, muchas balsas construidas para la lucha contra incendios están secas debido a la falta de recarga natural, lo que complica aún más la labor de los equipos de extinción. Por este motivo el Consorcio de Bomberos de Castellón ha comenzado a llenar estas balsas de manera autónoma.
Este fin de semana, la Comunidad Valenciana experimentará un respiro parcial de la intensa ola de calor que ha afectado la región en los últimos días, hecho que ayudará a evitar los incendios. Las temperaturas máximas se espera que desciendan entre tres y siete grados, aunque las mínimas seguirán siendo elevadas, manteniéndose por encima de los 20 grados en muchas zonas de la geografía regional.
En Castellón, las temperaturas máximas fluctuarán entre los 27 y 33 grados, mientras que las mínimas se mantendrán cercanas a los 20 grados. Aunque se espera un descenso de las temperaturas máximas, el interior de la provincia seguirá experimentando un calor significativo, con cielos despejados y pocas probabilidades de precipitaciones.
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