En los pequeños pueblos de la España vaciada ya están acostumbrados a hacer de la necesidad virtud. Un nuevo ejemplo lo encontramos en el pequeño pueblo de Portell, en el interior norte de la provincia de Castellón.
A la falta de servicios de esta localidad de 166 habitantes, se ha sumado una nueva, el cierre de la farmacia del pueblo tras la jubilación del titular. Un grave contratiempo para unos vecinos, que en su mayoría tienen una avanzada edad. "Son personas que tienen problemas para desplazarse a otros municipios vecinos, muchos no conducen y toman medicación diaria para sus problemas de salud", explica Alvaro Ferrer, alcalde de Portell.
Para dar una solución rápida se pusieron manos a la obra. "Decidimos darles el servicios desde el ayuntamiento. Los vecinos que necesitan medicación vienen y nos dejan su SIP, donde están las medicinas que tienen prescritas. Entonces, nosotros nos desplazamos a la farmacia más cercana, las recogemos y se las entregamos al día siguiente", explica el alcalde.
Un servicio que supone un gran alivio para los habitantes.
Esta medida se mantendrá hasta que el ayuntamiento consiga un botiquín propio. "Se trata de una farmacia móvil que depende de una farmacia normal donde tienen la medicación que necesitan los vecinos", explica Ferrer.
De momento, para contar con ese botiquín la ley exige un local de al menos 30 metros cuadrados equipado y un farmacéutico titular que atienda a los pacientes. "Ya tenemos las dos cosas, el local, cuyos gastos los pagará el ayuntamiento, y un farmacéutico interesado, que lo pagaría la farmacia que proporcione los medicamentos, que en principio va a ser de la localidad de Cinctorres", señala el alcalde.
Con las negociaciones muy avanzadas, esperan poder contar con el botiquín lo antes posible.
Síguenos en nuestro canal de WhatsApp y conoce toda la actualidad al momento.
Suscríbete a las newsletters de Informativos Telecinco y te contamos las noticias en tu mail.