Días después del incendio que afectó a dos edificios del barrio valenciano de Campanar, los bomberos continúan retirando escombros de los balcones, a la vez que se podan los árboles más cercanos en una zona acordonada, donde se hace recuento de daños mientras prosigue la investigación. Una vez que los peritos de las distintas aseguradoras implicadas accedan al edificio, determinarán en un par de días el origen, la fuente y la causa de este fuego, que ha costado la vida a diez personas.
Así lo señaló a EFE Félix César Alonso, presidente y director de la empresa riojana Synthesis Investigación de Siniestros, contratada por una de estas aseguradoras. Su empresa se encargará de investigar el incendio del edificio como hiciese con otros como el que arrasó la Torre Windsor en Madrid o el de las dos discotecas de Murcia en el que fallecieron 13 personas en octubre pasado.
La alcaldesa de Valencia, María José Català, insistió a los medios en que “al estar bajo secreto de sumario”, no podía “avanzar mucho más” sobre la investigación que se lleva a cabo de este incendio. Pero, ¿cómo llegan a determinar los peritos el origen, la fuente y la causa de estos siniestros?
Antes de acceder al inmueble, lo primero que hacen los peritos es recopilar información para delimitar dónde se pudo originar el fuego. En este caso, existen una serie de vídeos, pero de no haber pruebas o testimonios, se acude a los informes de los bomberos, según ha indicado Eduardo Sainz, investigador especializado en incendios, a ‘El País’.
Ya en el inmueble, tratarán de encontrar el punto exacto en el que se originó el fuego. Para ello, se fijan en una serie de marcas en las paredes: si tienen manchas blanquecinas, es una zona cercana al origen. También aporta información el desprendimiento de los materiales de revestimiento y el derretimiento de objetos de plástico o metálicos.
Además, los peritos prestan especial atención también a si las puertas estaban abiertas o cerradas y a las marcas con forma de cono invertido, que señalan el origen de un fuego, apunta al mismo medio Vicent Pons, investigador de la Oficina Técnica de Ingeniería Forense.
Una vez han encontrado dónde se originó el incendio, tratan de determinar la causa. En declaraciones a EFE, Félix César Alonso señala que, desde su experiencia puede decir que el 85 % de los incendios son de naturaleza eléctrica y otros pocos son causados por descuido, como por cigarrillos, aunque últimamente han aumentado los provocados por fallos en patinetes eléctricos.
Entró en ese 85% el incendio de la Torre Grenfell, donde fallecieron 72 personas el 14 de junio de 2007. Las llamas se originaron por un fallo eléctrico en una nevera en un apartamento del cuarto piso, antes de alcanzar el revestimiento exterior y engullir la torre por completo. Sin embargo, en el incendio del edificio Windsor, que se inició el 12 de febrero de 2005, el informe final determinó que este se había producido de manera fortuita, precisamente por un cigarro mal apagado.
En este último caso, además, no se pudo llevar a cabo una investigación en tierra por la destrucción del fuego, que arrasó con todos los elementos mencionados. Por ello, se realizaron pruebas computarizadas en las que se simula un incendio normalizado teniendo en cuenta los parámetros del edificio. Y determinar esta causa es importante para saber quién tiene que asumir la responsabilidad del incendio: un fabricante, los inquilinos, la comunidad…, por lo que, muchas veces, aunque sea posible determinar la causa y el origen, se realizan las pruebas computarizadas para reforzar la hipótesis.
En el caso de Campanar, la Policía científica ya habría hallado indicios de un cortocircuito en el piso 86 de la séptima planta.
Además del origen y la causa, los expertos investigan cómo llegó a propagarse el fuego que llegó a consumir en minutos los dos bloques, algo que resulta más complicado, apunta a EFE Félix César Alonso. Para ello, se investigará en el piso en el que se detectó el fuego, pero también en las plantas inmediatas superior e inferior, ha concretado.
En cuanto puedan acceder al edificio, los técnicos de esta empresa se encargarán de retirar los paneles que no estén afectados para recoger muestras, enviarlas al laboratorio y determinar la clase de material del interior, que era "combustible", sin concretar de qué tipo. El agua que los bomberos usan para refrigerar el incendio no llegó a entrar al interior del panel, ha añadido.
El experto ha precisado que la rapidez con la que se propagó el fuego ya se observó en el incendio de la torre Grenfell de viviendas sociales de Londres en 2017, donde murieron 80 personas y que tenía el mismo tipo de fachada de Valencia. "A estas clases de fachadas les tengo un poco de pánico", ha reconocido, "porque sabes dónde empieza el incendio, pero no dónde termina".
Ha indicado que, en una construcción de ladrillo o con paneles de hormigón, si se produce un fuego en una vivienda, las llamas salen al exterior o, como mucho, el fuego afecta al piso superior.
Sin embargo, ha explicado, en los incendios con fachada ventilada "no se sabe dónde va a parar el humo, que lleva partículas que no se han combustionado y pueden crear llama en el interior de ese hueco y provocar un efecto chimenea".
En el caso del incendio del jueves, el fuego se agravó además debido a la intensidad del viento que soplaba en Valencia.
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