Carmen Alunda lleva casi dos meses luchando para que se haga justicia con su hijo, un niño de 12 años que asegura que sufrió una agresión sexual por parte de un compañero en el colegio al que asiste en Elda (Alicante).
Los hechos se produjeron el pasado 16 de noviembre. Como todos los días, Carmen acudió a recoger a su hijo al colegio a las 17 horas y lo notó extraño. "Le pregunté qué le pasaba y no me dice nada", cuenta.
Cuando llegaron a casa y el niño se estaba cambiando de ropa vio como sangraba de forma abundante por el ano y comprobó que tenía pequeños desgarros. "Volví a preguntarle que le había pasado y sigue sin querer contármelo".
Preocupada, acude al centro de salud de su localidad y antes de entrar su hijo le confiesa lo que había pasado. "Me explica que estaba en el patio con su amigo y que notó que tenía picores en el ano porque le había entrado una hormiga. Entonces el amigo le dice que fueran al baño que él le iba a ayudar. Ya en los aseos le pide que se baje los pantalones y le introduce un lápiz, lo que le hizo mucho daño y le pidió que parase".
Con la revelación, entran al consultorio y la exploración realizada por la doctora coincide con la versión del niño y esta elabora un informe.
Al día siguiente, Carmen acude al colegio y explica al director lo sucedido, adjuntando el informe médico. "El responsable del centro me asegura que cree lo que ha contado mi hijo y me garantiza que se va a solucionar", explica.
Pero cuando regresa al centro al lunes siguiente todo cambia. "El director me explica que han hablado con la familia del otro niño y que lo han negado todo y, además, añade que puede que no haya pasado en el colegio por lo que se niegan ha aceptar mi petición de que separaran a mi hijo físicamente de su compañero".
Ante la reacción del colegio, Carmen se pone en contacto con la Inspección de Educación de Alicante para denunciar lo sucedido. "Ni siquiera me atendieron presencialmente, me llamaron por teléfono y me explicaron que tras hablar con el colegio, necesitaban más pruebas para tomar alguna medida e, incluso, me insinuán que tenía que enseñar a mi hijo a decir que no", lamenta.
Por ello, el 27 de noviembre decide presentar una denuncia en la comisaría de la Policía Nacional de Elda, tras la que rápidamente es citada por la inspección de educación. "Allí me dicen que van a separar a mi hijo del otro niño, aunque de una forma extraña, cambiando a más alumnos, y yo pido que me lo den por escrito a lo que se niegan, por lo que lo solicito a la Inspección Territorial de Educación y lo denuncio ante el Síndic de Greuges".
Finalmente, el 17 de diciembre, Carmen recibe una resolución desfavorable. "En ella se recogen algunas medidas pero no aparece la separación física por escrito como me temía. Además, tras una reunión del Consejo Escolar del colegio de mi hijo se emite un acta en la que se señala que no había pruebas de los hechos y que no se iban a tomar medidas disciplinarias", relata.
La consecuencia, es que su hijo lleva desde el pasado 16 de noviembre sin poder asistir a clase, y ni el centro ni la dirección territorial de educación han accedido a su petición de que le hagan un seguimiento académico para que no pierda el curso. "El principal problema de todo esto, es que mi hijo se siente culpable porque ve que es él el que está siendo castigado y porque no puede ir al colegio aunque quiere", lamenta Carmen que asegura que "no se va a dar por vencida".
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