Los operarios municipales llevan dos días sacando miles de peces muertos del tramo del río Serpis entre las localidades valencianas de Potries y Almoines.
Un desastre ecológico que tiene su origen en el incendio de la planta de la empresa Citrosol entre la noche del 26 y el 27 de octubre. La fábrica dedicada a la elaboración de productos químicos quedó arrasada por el fuego.
Como consecuencia del incendio se generó una intensa columna de humo que obligó a desalojar a 70 vecinos de la cercana localidad de Potríes.
Después de un intenso trabajo para extinguir las llamas, el agua utilizada por los bomberos acabó vertiéndose en el río.
Desde el Ayuntamiento de Potries, junto con la empresa Citrosol han señalado en un comunicado conjunto que están trabajando con la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ) para evitar que lleguen al río más sustancias contaminantes.
Desde el consistorio solicitaron a la CHJ que se cogieran muestras para analizar el agua. Unos trabajos que han comenzado este martes para tratar de determinar las causas que han provocado la mortandad masiva de peces. Además, han pedido a la confederación que se realice una suelta de agua de forma urgente desde el pantano de Beniarrés para disolver los contaminantes acumulados en la zona. No obstante, esta operación parece que no se va a realizar, ya que desde la CHJ consideran que no es seguro que solucione la situación.
Por su parte, el colectivo La Madrilla de Potries ha confirmado la muerte de la práctica totalidad de la fauna en ese tramo del río, incluídas especies autóctonas como la ánguila, en peligro de extinción, y otros peces como el barbo mediterránea, la madrilla y la “raboseta”. Desde el grupo ecologista han mostrado su indignación por "la dejadez de las diferentes administraciones" que ha derivado en este desastre medioambiental.