Un varón de 31 años de edad ha ingresado en la cárcel de Picassent (Valencia) tras acceder al domicilio de una desconocida a través del balcón durante la madrugada y violarla mientras dormía.
La agresión ocurrió durante la madrugada del 9 de octubre, en plenas fiestas en la Comunidad Valenciana, en un edificio del barrio de Russafa en el que la víctima residía sola. Se desconoce si el agresor, que fue detenido por la Policía Local de València, actuó de manera oportunista o si habría estado vigilando a la víctima para agredirla expresamente.
Los hechos ocurrieron a las cinco de la madrugada del lunes, 9 de octubre, cuando el encarcelado, Farooq A., que se enfrenta a una pena de 32 años de prisión a partir de diciembre y quien se ha negado a declarar ante la Policía Nacional y la jueza, se metió en una vivienda situada en la primera planta de un edificio. Una vez dentro del domicilio y del dormitorio de la mujer, se colocó junto a la cama, se bajó los pantalones y la despertó para exigirle que le hiciera una felación.
La víctima gritó pidiendo ayuda mientras cogía su móvil para llamar a la policía. El violador respondió con extrema violencia, quitándole el teléfono de las manos, golpeándola con los puños y mordiendo a la mujer, que intentaba frenéticamente apartar al desconocido y encontrar una vía de escape.
Además de golpearla e intentar inmovilizarla para poder violarla, el acusado también la hirió con los dientes en varias partes del cuerpo, le quemó varias partes del cuerpo con un mechero y consiguió su objetivo principal, introduciéndole los dedos en la vagina y tocándole todo el cuerpo.
El forcejeo de la mujer le permitió finalmente liberarse y correr hacia la puerta de la calle, pero el agresor sexual la alcanzó y la arrojó al suelo, donde intentó volver a violarla. Los gritos de la mujer acabaron siendo escuchados por los vecinos, que alertaron a las autoridades.
El agresor, sintiendo que estaba en peligro y que la policía llegaría en breve, se abalanzó por el mismo balcón por el que se había colado antes y huyó, llevándose consigo el móvil de la víctima.
Por casualidad, otra mujer que caminaba en ese momento por la calle, justo delante de la puerta por la que se produjeron los hechos, oyó los gritos de la víctima y vio al agresor cuando saltaba del balcón a la calle. Una patrulla de la policía local, alertada de lo que estaba ocurriendo, atrapó al fugitivo a los pocos metros, cuando aún llevaba el teléfono de la víctima, según informa el diario Información.