Es uno de los grandes dilemas de los padres. Llevar o no a los niños al colegio aunque hoy haya debutado las guarderías. Un día en el que los más pequeños se olvidarán de juguetes o tareas compartidas, tendrán que cambiarse de ropa al entrar, estarán dentro de aulas burbuja con mamparas para separar cunas y camas. Una nueva normalidad que van a probar los niños antes que nadie. Aunque les cueste eso de tener que quitarse los zapatos, el abrigo, no compartir las cosas, seguir los dibujos que han elaborado los profesores para que lo entiendan todo como un juego. No poder tocar los bolis o pinturas de los demás, a los amigos y dejarse tomar la temperatura y lavarse las manos, deberán presentarse como una actividad más y una rutina.
Los expertos consideran que muchos niños van a afrontar los primeros día con mayor ansiedad y miedo de lo normal y para ello hay que explicarles todo, enseñarles y no dramatizar. Y más aún los adolescentes que pueden resultar más problemáticos. Entre los más pequeños la serenidad y la manera de afrontar el coronavirus por parte de los padres es lo fundamental mientras que a partir de los seis años son ya capaces de contextualizar a raíz de fuentes externas que hay que explicar.
No hay que olvidar que hay padres que no quieren llevar a los niños al colegio y que se enfrentan a penas de 3 a 6 meses de prisión para los padres o multa, según explica Legálitas.
Según recuerda la firma de abogados, la educación no es obligatoria hasta los 6 años, por lo que antes de esa edad, legalmente, un menor no tiene obligación de estar matriculado. Por tanto, para todos aquellos padres, cuyos hijos sean menores de 6 años y decidan no llevarlos al colegio, legalmente no será un problema. En este sentido, a pesar de la creencia popular, no existe ninguna obligación como padre o madre para apuntar a un hijo al colegio por el hecho de que el menor esté en el año de curso escolar en el que cumple los 3 años.
Por tanto, inscribir a un menor antes de los 6 años en etapa preescolar tiene carácter voluntario, aunque a la gran mayoría de niños se les apunte al colegio antes de los 6 años por los problemas familiares de conciliación para compatibilizar trabajo y cuidado de los hijos.
Sin embargo, para todas las familias cuyos hijos comprendan edades desde los 6 a los 16 años sí existe obligatoriedad. Así, aquellos padres que decidan que sus hijos no van a asistir a las aulas sí que podrían tener problemas legales al activarse el protocolo de absentismo escolar.
Esto podría provocar la incoación de un procedimiento administrativo y, en los casos muy graves, podrían llevarlos a verse condenados a penas de prisión que pueden ir hasta los 6 meses de prisión o multa por dejar de cumplir los deberes legales de asistencia inherentes a la patria potestad.
Algunas familias deciden educar a sus hijos fuera de las instituciones educativas y, aunque en España la ley no prohíbe de manera explícita el 'homeschooling' (educar en casa), la legislación vigente establece que la educación debe ejercerse en centros homologados, siendo obligatoria hasta los 16 años.
El 'homeschooling' es una modalidad de formación legal existente en muchos países del mundo. Sin embargo, no lo es en España, puesto que no está regulada, encontrándose en una situación de alegalidad, ni es legal, ni es ilegal, permaneciendo en una especie de limbo jurídico.
La Ley Orgánica de Educación establece que los niños deben estar escolarizados entre los 6 y los 16 años, salvo enfermedad del alumno, vida itinerante o residencia en el extranjero. Las posibilidades que puedan darse para llevar a cabo este tipo de educación dependerán, en gran medida, de la comunidad autónoma de residencia, siendo unas más flexibles que otras.
En consecuencia, cualquier otro motivo que no esté considerado pondrá en marcha el protocolo de absentismo escolar (que además puede variar según cada comunidad autónoma), de modo que los servicios sociales llevarán a cabo una investigación para ver cuál es el motivo por el que el menor no está acudiendo a clase. Los padres podrán ser denunciados por abandono de familia, condenados incluso con penas de prisión. A pesar de no estar regulado el modelo de formación en casa o 'homeschooling', Legálitas asegura que "lo más probable es que, dada la actual situación excepcional que estamos viviendo provocada por la COVID-19, no se tomasen acciones legales contra aquellos padres que decidan educar a su hijo en el domicilio familiar".
"Si finalmente optamos por llevar a cabo este modelo de educación, lo mejor será hacerlo pidiendo permiso a la Consejería de Educación para que nos indique la manera de realizarlo, además de para dejar constancia de que ese niño está siendo educado en casa. Será recomendable llevar un dossier de las tareas que vaya realizando el menor en casa para que, de este modo, todo esté documentado", aconseja el despacho.
Con respecto si se puede solicitar teleformación para los niños, Legálitas indica que la educación en el colegio es de carácter presencial obligatoria, por tanto, tendrá que ser el propio centro el que estudie la posibilidad de impartir las clases de manera semipresencial o a distancia, según cada caso concreto.
La incertidumbre de las familias ante este curso covid se refleja en las dudas sobre la adquisición de los libros de texto, pues muchas se preguntan si no es mejor esperar a ver cómo evolucionan las clases, mientras que los editores defienden que son la herramienta para continuar el proceso de aprendizaje.
"Os recomendamos que esperéis hasta septiembre para hablar con el profesor de cada materia sobre el uso de los libros antes de adquirirlos". Lo aconseja a sus alumnos de Bachillerato un instituto madrileño en su página web, pero se trata de un asunto que afecta al alumnado de todas las etapas educativas.
Desde la Asociación Nacional de Editores de Libros y Material de Enseñanza (Anele), su presidente, José Moyano, señala a Efe que "más allá de la situación de incertidumbre general, los libros de texto y el resto de materiales elaborados por las empresas editoriales dedicadas a la educación vienen a ofrecer certidumbre, ya que son una herramienta que permite dar continuidad al proceso de aprendizaje".
Recuerda que durante el confinamiento se produjeron "dos hechos significativos" que marcan esa importancia de los libros escolares: Uno, que en muchos lugares la Policía y Protección Civil tuvieron que recoger los libros de los colegios para repartirlos entre los alumnos confinados, y dos, que el incremento de accesos a las plataformas de contenidos de las editoriales se ha incrementado exponencialmente.
A falta de conocerse cuál ha sido el impacto en las plataformas de las editoriales y las cifras de ventas del curso terminado, en Anele creen "importante" señalar que los libros de texto son "una propuesta al servicio de la comunidad educativa".
El confinamiento "ha dejado claro que las circunstancias personales y la dotación tecnológica de los alumnos son heterogéneas" y, frente a esa realidad, las editoriales han proporcionado un marco "consistente de homogeneidad" que brinda a todos los alumnos el acceso en situación de igualdad a los mismos contenidos, de manera sencilla y con independencia del grado de conectividad que tengan.
"Las editoriales de contenidos educativos han trabajado y trabajan para dar una respuesta adecuada a cualquiera de los escenarios -por el covid- que se están manejando, tanto de una enseñanza presencial, parcial o no presencial", enfatiza.
Además, recalca que en los últimos años los libros de texto "no han sido un producto inflacionista y los precios se han situado, de forma habitual, entorno al IPC o por debajo de este".
El pasado curso, el gasto medio por alumno fue de 98,10 euros, cantidad que varió por comunidades autónomas, que disponen de sistemas de ayudas para la financiación de los libros de texto y un modelo de préstamo por lo que muchas familias no tienen que hacer desembolso. En esta campaña de vuelta al cole atípica marcada por la pandemia, grandes almacenes como El Corte Inglés han registrado el pasado fin de semana un repunte en la recogida y venta de libros de texto y confían en que los clientes se animen a acudir a sus centros para adquirir, además, otro tipo de material como uniformes, tecnología, etcétera, señalan a Efe fuentes de la compañía.
Tras el acuerdo alcanzado el pasado jueves entre el Gobierno y las comunidades autónomas para una vuelta a las aulas presencial, al menos hasta 2º de la ESO, esta empresa espera que estos días haya un crecimiento en las ventas de libros, uniformes, papelería, tecnología, moda infantil y en todos los departamentos relacionados con la enseñanza.
En los establecimientos de la cadena Carrefour, los clientes están realizando reservas de libros de texto de manera gradual. Además, dada la situación actual y para adaptarse a las necesidades, la empresa ha prolongado las reservas de libros de texto hasta el 30 de septiembre.
En cuanto al material escolar, las ventas se mantienen estables ya que durante estos meses las familias han comprado productos como lápices, cuadernos o rotuladores. Esta compañía ha observado un aumento de las ventas en informática, tabletas y accesorios para poder realizar teletrabajo y enseñanza telemática desde el hogar.
En el caso de textil, también se ha producido un crecimiento en las ventas de ropa cómoda de hogar y gym, al igual que en escritorios, sillas de estudio, estanterías y accesorios de ordenación para la casa.
La compra de libros de segunda mano es una opción que muchas familias barajan cada año y, según el portal Milanuncios, se prevé un aumento de un 186 % hasta alcanzar los 690.000 euros en el mes de setiembre. En los últimos doce meses, este mercado ha alcanzado un valor de más de 2,4 millones de euros.
En el mercado de segunda mano en España, el precio medio de los libros de texto se sitúa en los 17,9 euros, siendo más caros los de la ESO en comparación con los de Primaria y Bachillerato.
¿Y qué mascarilla le pongo?
Los padres deben saber que los pequeños tienen que usar una mascarilla homologada y que cumpla la normativa UNE 0065. No se recomienda el uso de mascarillas higiénicas de talla adulta a menores de 12 años, porque es básico que la mascarilla se ajuste bien a la nariz y cubra hasta la barbilla. Por otro lado, es preferible elegir las mascarillas que no incluyan látex en su fabricación, y preferiblemente las que utilicen orgánico con certificado OEKO-TEX, porque garantiza que el material usado está exento de sustancias nocivas. Además, es preferible que incluyan una capa doble de tejido hidrófugo y antibacteriano, para que sea impermeable. Los menores deberán llevar una o dos mascarillas de repuesto, teniendo en cuenta que las mascarillas higiénicas solo duran cuatro horas. Deben ir en una bolsita cerrada, preferiblemente de tela para que pueda transpirar y no proliferen hongos y bacterias y su gel. Es fundamental la necesidad de enseñar al niño cómo tiene que ponerse la mascarilla, cubriéndose nariz, boca y mentón y que cosas no debe hacer, como tocar la parte delantera de la mascarilla o dejarla reposar en la barbilla. Además, deberán guardarla en una bolsa o recipiente y no compartirla con otras personas. El diseño es un factor anímico; lo ideal es que se opte por temas divertidos.