El New York Times habla de una segunda ola del coronavirus en España, algo que niegan las autoridadehttps://google.com/covid19-map/?hl=es-ES&mid=/m/02j71s sanitarias que consideran que la situación no es la más deseable pero no es catastrófica. España es el noveno del mundo en casos y el décimo en fallecidos, según los últimos datos registrados. El ministro de Sanidad, Salvador Illa manifestaba en una entrevista en Informativos Telecinco que "hay un incremento de casos que no se traduce en una presión hospitalaria desmesurada". Si fuera por los datos el miedo debería ser mayor que en marzo.
Hungría ya ha vuelto a los confinamientos. Sin embargo, aquí se apuesta por la vuelta al cole y el mismo presidente del Gobierno deja claro que es seguro aunque el riesgo cero no existe. Mirando fríamente los datos, la evolución da que pensar. El coronavirus deja ya 462.858 casos en España y 29.094 muertos, según el último balance del Ministerio de Sanidad. El New York Times deja claro que en Francia los casos también crecen, al igual que algunas partes de Europa del Este como también ocurre en Alemania, Grecia, Italia y Bélgica, pero el medio americano subraya la evolución de la última semana, donde se han registrado más de 53.000 casos en España.
El diario compara un dato. Con 114 nuevas infecciones por cada 100.000 personas, el virus se propaga más rápidamente en España que en Estados Unidos, más del doble de rápido que en Francia, alrededor de ocho veces la tasa en Italia y Gran Bretaña, y diez veces la tasa en Alemania. Cierto que el 31 de marzo teníamos 94.417 contagiados pero más de la mitad de ellos estaban hospitalizados, nada menos que 49.243 con 5.607 en la UCI.
El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, se niega no obstante a comparar las cifras respecto a agosto. Tampoco se plantea la vuelta a un estado de alarma generalizado en toda España porque la evolución de la pandemia no es homogénea en todo el territorio así que no tendría justificación un estado de alarma homogéneo "con medidas igual de duras en todo el territorio". Reconoce que los datos son parecidos a los del mes de marzo y la evolución de la epidemia es "preocupante", también "hay matices muy importantes". En concreto, ha destacado la mejora en la capacidad de detección, con casi medio millón de tests en una semana. Y ha recordado que, coordinadamente con las comunidades autónomas, se logró atajar, este verano, los brotes que surgieron entre los temporeros y se trabajó para atajarlos en el ocio nocturno, las residencias de mayores y las reuniones familiares. Repasando los datos, no obstante, queda claro que el mes de agosto ha supuesto una oleada de contagios espectacular por lo que algunos medios como el NYT se atreven a hablar de una segunda ola justo cuando se abren los colegios en Wuhan, el lugar donde empezó todo.
Volviendo a los datos respecto al mes de marzo, en esas fechas hablábamos de más de un 50% de hospitalizados (49.243), y 5.607 pacientes ingresados en UCI. En abril, de los 119.018 contagios eran 67.418 los hospitalizados (casi el 60%). Los muertos pasaron de 8.189 a 16.354 y el total de muertos se situó en los 24.543. En mayo, el confinamiento ya muestra sus frutos. Los contagios bajan a 25.944. En junio hay 9.842 positivos y solo 1.312 personas reciben atención hospitalaria. En julio los positivos ascienden a 39.251, pero los hospitalizados superan por poco el 4%. En agosto se han vuelto a disparar el número de contagiados hasta los 174.336 nuevos contagiados (la cifra más alta desde el inicio de la pandemia), pero la clave es que los ingresos en las UCI han sido 535. Y esa es una de las claves. El número de afectados graves por el coronavirus no es el de marzo y los momentos más críticos de la pandemia. Y esa es una de las razones por las que las autoridades tanto sanitarias como políticas han dado luz verde a la apertura de los colegios, guarderías y la vuelta al trabajo evitando una apuesta por confinamientos, tan dañinos para la economía. El presidente descarta por el momento un nuevo estado de alarma.
Como señala el NYT y se explica en las comparecencias de los expertos de Sanidad, la edad promedio de los enfermos ha bajado de 60 a 37 años, lo que implica que el riesgo de letalidad ha bajado. Los casos asintomáticos representan más del 50 por ciento de los resultados positivos, lo que se debe en parte a que las pruebas se han cuadruplicado. Y las instituciones sanitarias se sienten mucho más preparadas ahora que cuando estalló el virus. El gran temor es que el aumento de casos se ha anticipado a lo previsto. El ocio nocturno, las reuniones familiares, la relajación de la población joven han provocado un aumento de casos en un país que vivió un confinamiento durísimo. España necesita, en eso parecen estar de acuerdo todos los especialistas, más rastreadores y más pruebas. Y no descartar confinamientos selectivos. No estamos en marzo, pero las cosas siguen sin ir bien. O como dice Pedro Cavadas, una eminencia, en el diario de León, no parece que esto no vaya a acabar muy bien. "Todo esto está pidiendo una auditoría en regla", no es posible que España, que no es el primer país en nada en el mundo, sea "el primero en mortalidad, en casos y en repercusión económica. Eso no puede ser casual", apunta el experto. Y deja otra de sus sentencias después de ser de los primeros en hablar del coronavirus. "Primero se vacunará a la parte rica de la población mundial y hasta que se vacune a los 5.000 o 6.000 millones de personas en el mundo pasarán años. Las partes pobres del mundo se vacunarán mucho más tarde y eso hará que la pandemia siga una evolución asimétrica en todo el mundo".