La Fundación Cielos de León ha retomado una actividad muy especial tras lo peor de la pandemia. Se trata de los vuelos recreativos para personas con discapacidad. La actividad se realiza en un centro de San Andrés de Rabanedo, localidad de León.
"Es una sensación de libertad tan grande", comenta Elizabeth. Llevaba esperando esta actividad durante mucho tiempo, ya que se pausó por la pandemia. Quedó parapléjica a consecuencia de un accidente de tráfico. Pero no le impide disfrutar de su auténtica pasión: "Soy piloto de vuelo sin motor".
Ella pilota planeadores. Son aviones de pequeño tamaño sin motor, que para ascender son remolcados por otras aeronaves como son las avionetas. La felicidad inunda a Elizabeth cuando está en el aire. "Empiezo a reírme yo sola", subraya.
Gracias a la jornada organizada por la fundación, otras personas con discapacidad pueden sentir lo mismo que Elizabeth. El despegue es uno de los momentos más esperados y emocionantes. "En el momento me ha empezado a subir algo por el cuerpo", cuenta uno de los participantes. "Puedes mirar hacia abajo que en la silla de ruedas siempre hay que hacerlo hacia arriba", remata otro.