La llegada de la tecnología a las relaciones de pareja, con los 'smartphones', aplicaciones de mensajería y de citas y redes sociales, ha motivado que las conductas de siempre se adapten al entorno digital y surjan nuevos términos para referirse a ellas.
Muchos de los españoles admite haber sido 'stalkeado' en redes por parte de otra persona, mientras que otros reconocen haber padecido 'ghosting' por parte de alguien. Estos términos, aunque son utilizados frecuentemente por los más jóvenes cuando utilizan las herramientas tecnológicas, pueden no resultar familiares para muchos usuarios, aunque alguna vez las hayan realizado, recibido o incluso sufrido.
Terminar una relación, aunque sea en sus fases iniciales hace que algunas personas sufran lo que siempre se ha conocido como un 'plantón'. En el plano digital esto se conoce como 'ghosting', cuando tras días o semanas de conversación constante y fluida por chat, una de las personas 'desaparece' repentinamente y sin dar explicaciones.
El 'ghosting' no se tiene por qué producir habiendo quedado con anterioridad con la otra persona. Se puede dar un caso de 'ghosting' cuando conoces a alguien a través de las redes sociales. Tras varios días hablando, chateando y congeniando, la otra persona desaparece de la faz de la tierra y nunca más contesta a tus mensajes.
En los casos más radicales de 'ghosting', la persona que desaparece sin dar ningún tipo de explicación puede llegar a bloquearte sin darte la opción de preguntar qué ha pasado para que te dejen de hablar de la noche a la mañana.
En los últimos meses el debate ha llegado hasta las plataformas sociales como Twitter. En ellas, los usuarios debaten sobre esta práctica y por qué no se debe llevar a cabo. Muchos critican la mala educación de todos aquellos que la llevan a cabo ya que aseguran que, antes de desaparecer de un día para otro o bloquear al contacto, se debe hablar con la otra persona y comunicarle el fin de la relación.
No obstante, aunque la mayoría de personas que utilizan las redes la critiquen, son otros muchos los que la llevan a cabo. Las razones son varias: la facilidad para no dar explicaciones o, simplemente, las pocas ganas de enfrentarse a una situación comprometida como hablar de sus sentimientos con otras personas.
Otra mala práctica es el 'stalking', que consiste en fisgonear en las publicaciones e interacciones de otra persona en redes sociales, con el objetivo de estar informado de su día a día.
Este fenómeno es común en las relaciones de pareja después de las rupturas que no se han encajado bien. Es decir, el 'stalking' es lo que siempre se ha denominado como "cotillear" a alguien, ya sea pareja, conocido o un simple usuario que ha aparecido en las redes sociales tras ir saltando de perfil en perfil.