Antonio, Joaquina y su hijo Alejandro han pasado de vivir en la calle a regentar un bar en Leganés (Madrid) gracias a Matías, un taxista jubilado que a sus 80 años sigue dedicando sus esfuerzos y sus pocos recursos a ayudar a los más desfavorecidos.
“Matías para nosotros es un ángel de la guarda”, comenta a Efe Antonio, un portugués que trabajó durante años de cocinero, tanto en alta mar como en algunos restaurantes, y que se quedó en situación de vivir en la calle cuando perdió el último empleo sin cobrar además los atrasos que le adeudaban.
En una situación similar se encontraban Joaquina y su hijo Alejandro, un joven de 23 años con síndrome de Asperger, a los que conoció en la madrileña iglesia de San Antón. Antonio y Joaquina se casaron y participaron juntos en la acampada que decenas de personas sin hogar mantuvieron el año pasado durante más de cien días en el Paseo del Prado de Madrid para reivindicar el derecho a una vivienda digna.
"Matías traía la comida y leche a la acampada y yo cocinaba para todos los acampados. Un día le planteé mi idea de abrir un bar pequeño y él nos ayudó a buscarlo”, dice Antonio, que recuerda cómo Matías afrontó el pago del traspaso y compró el primer género con el que abrieron el bar.
El taxista, casado y con dos hijas, pasó parte de la pandemia entregando cientos de mascarillas a la gente que las necesitaba y arrastra estos días un problema de salud que, unido a la situación provocada por la covid, le impide salir a la calle.
“Ahora estamos pagando todo nosotros, pero no se gana, porque con el coronavirus solo se saca para pagar”, lamenta Joaquina sentada en una de las mesas del bar, que lleva tres meses abierto en el barrio de Zarzaquemada de Leganés y en el que su hijo Alejandro recibe a los proveedores y ofrece aperitivos de tortilla a los clientes que van llegando para tomar el aperitivo.
El nombre del establecimiento, Los sintecho de Matías, es un homenaje al ángel de la guarda de esta familia, que hace lo propio con otras personas que lo están pasando mal y encuentran dificultades para salir adelante.
“Matías ayuda a gente que no tiene papeles, que tiene una profesión y no encuentra trabajo… ayuda a todo el mundo. Ahora está ayudando a otra pareja a abrir otro bar”, comenta Antonio, que se enfrenta junto con Joaquina a un nuevo reto, el de encontrar una vivienda.
En la actualidad, ambos viven con Alejandro en una habitación alquilada, pero la propietaria de la vivienda ha decidido venderla y tendrán que abandonarla el próximo 24 de noviembre.
“Tenemos el dinero para el alquiler y para la fianza, pero me piden un aval y no lo tenemos, porque mi hijo es autónomo y no llega a un año”, dice entre lágrimas Joaquina, que ha reclamado ayuda a los Servicios Sociales de Leganés.
Uno de los parroquianos de Los sintecho de Matías, que acude cada día a tomarse su cerveza, se ofrece a ir al Ayuntamiento cuando escucha la historia de Antonio y Joaquina. "Yo no tengo propiedades. Si no, les ayudaría con gusto”, dice