De las 44 mujeres que han sido asesinadas en lo que llevamos de año por sus parejas o exparejas, solo 9 habían denunciado. La última, Susana, víctima de una crueldad imposible de entender. Su pareja la grabó mientras agonizaba por una bajada de azúcar. Llevaba pocos meses junto al que terminó siendo su asesino, pero su entorno ya había sospechado que vivía un calvario que nunca quiso denunciar.
Sufren malos tratos, soportan amenazas y humillaciones pero, aunque a veces no lo parezca, hay salida. "La denuncia es algo muy complicado, muy difícil porque tienen muchísimo miedo a las represalias, a la venganza del maltratador cuando lo denuncian", explicaba Ángeles Carmona del Observatorio contra la violencia de género.
Pero además del miedo, las víctimas también sufren vergüenza porque “primero dudan de ellas” y a veces hasta el sistema duda de las propias víctimas “y eso hace que esa vergüenza las impida llegar a denunciar”. Pero hay un dato mucho más estremecedor, y es que según la Asociación de Mujeres de Paz en el Mundo: “el 47% de las mujeres no están denunciando porque han naturalizado que eso que les está sucediendo es lo normal, cuando no lo es”.
Una violencia normalizada que ya ha provocado que, solo en lo que llevamos de año, 44 mujeres hayan sido asesinadas por sus parejas o exparejas y de ellas solo 9 habían denunciado “por desgracia, el 70% de las mujeres que son asesinadas no han presentado denuncia previa”. Una denuncia puede ser una vía de escape que puede salvar muchas vidas.