Es la pregunta que hoy se hace España tras el hallazgo del cuerpo sin vida de una de las niñas desaparecidas de Tenerife, Olivia, Olivia, mientras se buscan los cuerpos de su hermana Anna y de su padre, Tomás Gimeno. ¿Qué lleva a un padre a acabar con la vida de sus hijos? ¿Qué personalidad lleva a una persona a dejarse llevar por la ira, la venganza para acabar con sus propias hijas? El 52 por ciento de los parricidas son hombres. El perfil demuestra que ellas tienen problemas psiquiátricos y ellos antecedentes policiales. Y ellas suelen suicidarse tras cometer el crimen, ellos no. Aunque el parricidio no es cuestión de géneros, sino de mentes y personalidad.
El programa Horizonte, de Cuatro, con Iker Jiménez al frente, contó con criminólogos y psiquiatras forenses que conviven a diario con la maldad humana y sus consecuencias. Ahora la investigación continúa, porque encontrar a Tomás Gimeno y a Anna sería el mejor fin a teorías conspiranoicas, precisamente una de las ideas que quería dejar Tomás Gimeno en el ambiente, con esas ambiguas despedidas y llamadas a Beatriz.
Vicente Garrido, criminólogo y psicólogo tiene claro al analizar la personalidad de Tomás Gimeno que este "ha querido prolongar la agonía de Beatriz y que la madre no pudiera ver a las niñas. Tomas no tiene un sentido de amor sino de posesión no ha querido el rol de perdedor. La gente de este perfil quiere ser recordado por lo que ha hecho. Podía haber matado a las niñas en tierra, pero quería que su exmujer no las viera más dando a entender que se había marchado. Su plan de agonía ha tenido éxito. Se tomó la molestia de elaborar un plan, para que su madre no pudiera ver los cuerpos y crear la incertidumbre".
José Cabrera Forneiro, psiquiatra forense español, pone también sobre la mesa otro aspecto. La necesidad de la sociedad de que los que cometen estos actos tengan que ser desequilibrados. Y no siempre lo son porque "un sujeto normal puede ser mas peligroso que una persona que tiene un trastorno mental. La gente quiere un diagnostico para no pensar que cualquiera puede ser malvado".
En lo que coinciden todos es que Tomás Gimeno no quería que su mujer estuviera con una persona mayor, hería su narcisismo. Ya dio una paliza a la nueva pareja de Beatriz. Hablamos de una persona que no tiene capacidad para lidiar con la frustración, que es bien parecido y tiene éxito. Es bien parecido y tiene dinero, pero no acepta su fracaso con Beatriz, ni aunque él también haya rehecho su vida. Que lo haga ella y con un perfil tan diferente al suyo no lo acepta. Y se tiene que vengar de ello.
José Miguel Gaona, psiquiatra forense, tiene claro que a todos nos hubiera gustado una resolución rocambolesca, que Tomás se hubiera escapado. En su análisis tiene claro que "ha habido una venganza inmadura porque las personas inmaduras exigen el amor incondicional y eso es algo de dos. Por eso desde niños nos enseñan a controlar la ira, a aceptar la frustración. Tomás no acepta el rechazo. Considera que e le ha sustuitdo por una persona mayor, sin sus cualidades.
Serafín Giraldo Pérez, Zamora 1970, inspector de policía, licenciado en derecho da otra visión y tiene un mensaje. La investigación continúa porque al juez hay que llevarle todo muy desmenuzado. Siempre pensó en un trágico final porque "la persona que no se encuentra hoy es porque no se busca. Es difícil que desaparezca alguien en Europa. Más difícil con niñas pequeñas a su lado".
Felix Rios criminólogo y perito judicial cree que "los expertos e investigadores siempre pensaron que el desenlace iba a ser fatal. Las llamadas nos dicen que le daba igual que le localizaran no dejan pistas. Y confía en que "se encuentren los otros cuerpos para evitar teorías alternativas".
Francisco Pérez Caballero, periodista que ha cubierto sucesos como pocos, considera que desde el primer momento se temió lo peor. y coincide en que estamos ante una maldad planificada. Cree que los medos han acompañado a la familia aunque se haya dado demasiada cobertura a un posible final feliz que los datos negaban, pero que la sociedad y la familia necesitaban.
De hecho, incluso hasta después de que el lunes fueran encontrados una botella de aire comprimido y una funda de edredón perteneciente al padre, Beatriz siempre defendió que se trataba de pruebas falsas que su expareja y padre de las niñas, Tomás G., había dejado para enmascarar una fuga con las niñas a otro continente. Esta teoría de Beatriz levantó multitud de seguidores en todo el mundo, que han compartido en redes sociales las fotografías y los vídeos de las dos niñas que casi diario este joven madre de 34 años lanzaba. Beatriz nunca perdió la esperanza y su entorno habla de su espiritualidad como una de sus mayores fortalezas para afrontar este trance.
Las niñas fueron vistas por última vez el 27 de abril cuando su padre Tomás G. no las devolvió a Beatriz a las 21:00 horas como tenía pactado. Esa noche, las cámaras de la Marina de Santa Cruz de Tenerife grabaron a Tomás G. cargando en su lancha varias bolsas y zarpando una primera vez para volver dos horas después, aparentemente sin los bultos, para cargar un móvil. En ese tiempo habló varias veces con Beatriz, a la que advirtió de que nunca más volvería a ver a las niñas ni a él tampoco.
Su rastro se pierde una vez que vuelve a zarpar en su lancha que fue hallada al día siguiente frente a las costas del municipio de Güímar y ahí comenzó una intensa búsqueda que hoy ha dado resultados dramáticos y continúa.
El pasado 30 de mayo se sumó a la búsqueda el buque oceanográfico Ángeles Alvariño para rastrear un fondo marino con una difícil orografía por su origen volcánico. Dotado con un sonar y un robot submarino, el buque ha rastreado a profundidades de 1.000 a 2.000 metros y cuando estaba a punto de culminar sin hallazgo su operativa en este caso, se encontraron la botella de buceo y la funda de edredón por lo que se decidió que continuara por lo menos hasta el 14 de junio. La búsqueda, que ha sido ininterrumpidamente durante la noche y día, continúa. Pero ya sabemos que tras los hechos se esconde una mente oscura que ha hecho un daño irreparable a Olivia, a Beatriz, pero también a su familia y a sus amigos.