Neurocientíficos de la Universidad de Sussex (Reino Unido) han demostrado que beber solo una pinta de cerveza o un vaso grande de vino es suficiente para afectar significativamente el sentido de agencia, es decir, el sentimiento de estar controlando las propias acciones y emociones.
Este nuevo estudio, publicado en la revista 'Addiction Biology', se centró en dosis bajas de alcohol, normalmente consumidas durante el consumo social, que no producen un gran deterioro de la conducta. Hasta ahora, las investigaciones científicas se han centrado principalmente en la pérdida del control inhibitorio producido por la embriaguez evidente, caracterizada por la impulsividad, la agresividad y el comportamiento de riesgo.
"Nuestro estudio presenta un caso convincente de que incluso una pinta de cerveza es suficiente para comprometer significativamente el sentido de agencia de una persona. Esto tiene importantes implicaciones para la responsabilidad legal y social de los conductores, y plantea la siguiente pregunta: ¿son realmente seguros los límites actuales de alcoholemia para conducir?", asegura la autora principal del trabajo, Silvana De Pirro.
Medir el sentido de agencia de una persona es complicado. Cuando a las personas se les pide explícitamente que digan cómo se sienten en control, sus respuestas se ven afectadas por varios sesgos cognitivos, como una introspección pobre, el deseo de ajustarse a las expectativas de los investigadores o incluso la incapacidad de entender la pregunta correctamente.
Por eso, estos investigadores se basaron en una medida indirecta llamada encuadernación intencional, que ha sido desarrollada para investigar los mecanismos inconscientes de la volición. Cuando los estímulos físicos (como los sonidos o las luces) siguen a las acciones voluntarias (como mover un dedo o una mano), la gente juzga que las acciones ocurren más tarde y que los estímulos ocurren más temprano que en la realidad, por lo tanto vinculan ambos. Se cree que los mecanismos neuronales responsables de este fenómeno participan en la creación del sentido de agencia.
En los experimentos, los sujetos bebieron un cóctel que contenía dosis de alcohol proporcionales a su índice de masa corporal (IMC) para producir concentraciones de alcohol en sangre dentro de los límites legales para conducir en Inglaterra y Gales (80 mg/100 ml), algo superiores a los de España (50 mg/100 ml).
Estas dosis de alcohol, correspondientes a una o dos pintas de cerveza, producían una unión más estrecha entre las acciones voluntarias y los estímulos sensoriales. Esto sugiere que pequeñas cantidades de alcohol podrían exagerar el sentido de la agencia, lo que llevaría a un exceso de confianza en la capacidad de conducir y a un comportamiento inapropiado y potencialmente peligroso.