Las semillas de chía son un alimento cada vez más utilizado en nuestra dieta, pero a pesar de haberse puesto de moda, todavía hay gente que desconoce las altas propiedades alimenticias que estas semillas comestibles tienen. Por ello, vamos a mencionar algunos de los grandes beneficios que tiene su consumo, según diversas webs especializadas:
Estas semillas tienen un alto contenido en proteína, superior al 20%.También es rica en fibra, lo que ayuda a reducir el estreñimiento. Además, es un buen aliado para reducir el colesterol, contiene antioxidantes, ácidos grasos omega 3, y hasta 5 veces más calcio que la leche
Una de las características más peculiares de la chía es su capacidad saciante. Esto lo logra debido a que absorben hasta 10 veces su peso en líquido, lo que les hace convertirse en una masa más gelatinosa de mayor volumen que tiene un efecto saciante a la hora de comer. Por ello se recomienda su consumo junto con abundante líquido, o bien habiéndolas puesto antes en remojo para que absorban y se hinchen.
Esta capacidad nos hace sentirnos llenos durante más tiempo y de manera más rápida, por lo que también tiene un papel importante a la hora de ponernos en forma, ya que ayuda a retrasar el aumento de azúcar en sangre, y ralentiza la descomposición de los carbohidratos, las proteínas y las grasas.
Por la absorción del líquido que hemos mencionado anteriormente, pueden ayudar a mantener la hidratación en el cuerpo.
También ayudan a eliminar líquidos y toxinas de nuestro cuerpo, regulando la flora intestinal actuando de depurador del organismo.
Aunque tienen grandes beneficios para la salud, es importante no pasarse en las cantidades de su consumo. Se recomienda tomar como máximo 30 gramos de semillas de chía al día, unas 3 cucharadas aproximadamente. Su consumo excesivo, al ser tan alta en fibra, reduciría la absorción de nutriente y favorecería la irritación del colon, la aparición de diarrea y los gases.
Debido a su sabor suave, similar a la nuez pero más suave, se pueden añadir a cualquier tipo de receta, incluso muy distintas, desde salsas saladas hasta postres o batidos dulces.
Además, se pueden simplemente comer masticándolas sin necesidad de añadirlas a ninguna comida. El gran abanico de posibilidades que su uso ofrece las convierte en un alimento muy dinámico.