El Servicio editorial de la Universidad del País Vasco ha publicado la ‘Guía práctica de nutrición en el embarazo’, fruto del trabajo de los investigadores del grupo Nutrición y Obesidad, del Departamento de Farmacia y Ciencias de los Alimentos de la UPV/EHU, María Puy Portillo, Alfredo Fernández-Quintela, Iñaki Milton-Laskibar, miembros también del CIBER en su área de Fisiopatología de la Obesidad y
Nutrición, que es un Centro de Investigación Biomédica en Red dependiente del Instituto de Salud Carlos III, Naroa Kajarabille y Asier Léniz, que además pertenece al OSI Araba de Osakidetza.
El embarazo es una etapa de especial relevancia para la mujer y su entorno. Durante la misma se producen multitud de modificaciones funcionales y anatómicas en el cuerpo de la gestante, destinadas a que el feto se desarrolle adecuadamente, a preparar el momento del parto y a asegurar una adecuada adaptación del feto a la vida extrauterina.
Los requerimientos nutricionales durante el embarazo aumentan en comparación con los de la mujer sana no embarazada. Es importante indicar que, tanto pequeñas deficiencias como excesos de algunos nutrientes, que en principio no provocarían ninguna complicación de relevancia en la madre, se pueden asociar a problemas para el feto. Por tanto, seguir una adecuada alimentación antes y durante la gestación es de vital importancia, debido a su capacidad de influir en el desarrollo fetal y la salud de la madre.
La guía pretende ser, de acuerdo con la evidencia científica, una herramienta útil, práctica y de fácil acceso para entender la importancia de la alimentación en la mujer embarazada, reuniendo las recomendaciones para un embarazo saludable. Así mismo, se incluyen explicaciones y consejos sobre el manejo y prevención de algunas de las posibles complicaciones más frecuentes durante la gestación. Eso sí, esta guía no debería ser en ningún caso un sustituto de las recomendaciones clínicas que cada gestante pueda recibir por parte del personal sanitario.
Tanto las necesidades energéticas como de vitaminas y minerales se ven aumentadas durante la gestación. Algunos consejos prácticos para ayudar a cubrir dichas necesidades serían los siguientes:
• Consumir calorías provenientes de alimentos con alta densidad de nutrientes y evitar calorías vacías.
• Evitar ayunar o saltarse comidas.
• Seguir una alimentación variada, equilibrada y manteniendo horarios regulares.
• Consumir alimentos naturales y frescos en lugar de procesados y/o envasados.
• Consumir alimentos ricos en fibra como frutas, legumbres, vegetales y cereales integrales.
• Tomar de 2 a 4 raciones de lácteos al día.
• Tomar de 3 a 4 raciones de carne por semana.
• Tomar de 3 a 4 raciones de pescado por semana.
• Tomar de 2 a 4 huevos por semana.
• Tomar de 2 a 4 puñados de frutos secos por semana, pero sin excederse debido a su alto contenido calórico.
• Utilizar aceite de oliva virgen extra para el cocinado y aliño de los platos. Es rico en ácido oleico, vitamina E y otros antioxidantes. Se recomiendan tomar de 3 a 6 cucharadas al día.
• Utilizar sal yodada en la preparación de las comidas.
• Mantener una correcta hidratación mediante la ingesta de agua, infusiones, sopas o caldos, siendo recomendable consumir aproximadamente dos litros diarios, evitando el consumo de bebidas azucaradas, gaseosas o zumos artificiales.
Hay que evitar además el consumo de alcohol, tabaco y cafeína durante el embarazo, ya que puede causar defectos en el desarrollo fetal, prematuridad, retraso en el crecimiento y daño cerebral; en los casos más severos, el recién nacido puede llegar a padecer síntomas de abstinencia.
En cuanto a la actividad física durante el embarazo, durante mucho tiempo, el ejercicio físico fue una actividad desaconsejada en mujeres gestantes, ya que se asociaba de forma errónea con un mayor riesgo de complicaciones para la salud del bebé. Sin embargo, y de acuerdo con los estudios realizados en los últimos años, en mujeres embarazadas sanas no existen efectos adversos resultantes de la práctica de ejercicio suave y moderado. Por tanto, la actividad física durante el embarazo no solo se acepta, sino que se ha identificado como un factor importante para un embarazo saludable.