San Blas (Madrid) se ha convertido en un polvorín. Desde el miércoles se han sucedido varias protestas después de que el martes, en la calle Fráckfort, cuatro adolescentes de origen marroquí agrediesen con palos con pinchos, piedras y correas a dos jóvenes, con el resultado de que uno de ellos acabó hospitalizado con fuertes lesiones en cara y cabeza. La Policía detuvo a los agresores, uno de ellos de 17 años y otros mayores de edad.
Las dos víctimas pertenecen a una facción de extrema derecha, según las mismas fuentes. El colectivo antifascista San Blas En Lucha asegura que se trata de dos neonazis "conocidos en el barrio por sus agresiones y actos vandálicos" y que antes de lo ocurrido se dirigieron a los menores magrebíes al grito de "menas hijos de puta, con la intención clara de atacarles con palos, defendiéndose los menores de esta injusta agresión". Habían acudido al barrio con la excusa de una violación, que según ellos han perpetrado un grupo de menas. Una acusación falsa que no impidió su incursión.
Al día siguiente, cientos de manifestantes de ultraderecha acudieron al barrio en busca de los menores que viven en pisos tutelados. No hubo incidentes, pero sí mensajes violentos. Algunos de ellos corearon cánticos racistas como "Menas hijos de puta" o "Madrid será la tumba de los menas" y llevaban pancartas con los lemas 'Fuerza y Honor' y 'Contra nosotros, quien pueda' y rodearon uno de los pisos donde viven estos menores donde les cantaban "No nos mires, tírate". La Red Española de Inmigración denunciará ante la Fiscalía este "cerco".
Estos mensajes el viernes tuvieron su respuesta por parte de grupos antifascistas que convocaron una protesta a través de las redes sociales "contra el racismo y el fascismo", ha reunido a centenares de personas desde las 20.00 horas en el parque de la avenida de Guadalajara 111 al grito de "no estáis solos, este es vuestro barrio" y "aquí están los antifascistas".
Los manifestantes, mayoritariamente jóvenes, se concentraron en ese punto con pancartas como 'Contra el racismo y el desamparo institucional, apoyo vecinal', 'Nativa o Extranjera, la misma clase obrera' o ¡Fuera Fascistas de Nuestros Barrios'.
Los congregados, la mayoría de ellos ataviados con la mascarilla reglamentaria, coreaban gritos como "San Blas obrero y antifascista", "Nuestros niños no se tocan" o "no son delincuentes, son nuestros vecinos", en solidaridad con los menores migrantes no acompañados.