Reventada, deshilachada y destrozada. Así quedó la rueda del Boeing 767-300 del vuelo AC837 de Air Canadá que hubo de aterrizar de emergencia después de que experimentasen problemas en el tren de aterrizaje y en un motor.
El aeroplano, que debía partir rumbo a Toronto, Canadá, comenzó a fallar poco después del despegue en el aeropuerto de Madrid-Barajas y se vio obligado a abordar un aterrizaje forzoso. Para ello, antes hubo de mantenerse cuatro agónicas y angustiosas horas dando vueltas con el objetivo de quemar combustible y, con ello, perder peso; algo necesario para abordar el aterrizaje de emergencia de acuerdo a los protocolos de seguridad.
Afortunadamente, y a pesar de la dificultad de un aterrizaje considerado de alto riesgo, todo salió de forma exitosa. El piloto acometió la maniobra de forma impecable y los 128 pasajeros a bordo respiraron aliviados y se unieron en un aplauso para celebrar que todos están bien.