Rosa Peral y su examante Albert López se han sentado hoy en el banquillo para afrontar 25 años de cárcel por el asesinato de la pareja de ella, Pedro. Todos guardias urbanos de Barcelona. Durante la primera sesión, los acusados ni se han mirado. Ella se ha mostrado apenada y cuando la defensa se ha referido a los planes de futuro de la acusada y el fallecido se ha puesto a llorar.
Los dos acusados, Rosa Peral y Albert López, se han sentados en el banquillo muy separados, gesto que evidencia sus distintas estrategias de defensa, ya que se acusan mutuamente de la muerte de Pedro. Ni siquiera se miran. No han cruzado palabra. Él parece más intranquilo. Ella apenas cambia el gesto y se muestra apenada.
La acusada del conocido como ‘crimen de la guardia urbana’ va con una libreta y un bolígrafo. Cuando habla el fiscal y la acusación particular ella anota cosas y se lo enseña a su abogada.
Rosa Peral, que se enfrenta a 25 años de prisión por la muerte de su pareja Pedro, guarda urbano como ella y el otro acusado, ha roto a llorar cuando su defensa se ha referido a los planes de futuro que tenía la pareja.
Sus abogados han tratado de acusar al otro pese a que Peral y López se enfrentan a hasta 25 años de cárcel como presuntos coautores del asesinato del novio de ella, Pedro R., al que presuntamente mataron y trasladaron sin vida en el maletero de su coche hasta la zona del pantano de Foix y lo quemaron el 6 de mayo de 2017. Presuntamente había sido asesinado en el chalet de Rosa. Ella, presuntamente, le habría descuartizado en su garaje. La duda de los investigadores es si para cometer el crimen contó con la ayuda de Albert, para quien piden 24 años de prisión.
Ambas defensas piden la absolución de los acusados, y la de Peral también pide para ella una eximente por miedo insuperable, ya que alega en su escrito que Albert estaba obsesionado y no aceptaba su relación con la víctima, por lo que supuestamente cometió el crimen con un hacha, y ella no le delató por el "pánico que sentía por lo que pudiera pasar a sus hijas".
La abogada de Peral, Olga Arderiu, ha defendido que la explicación lógica de los hechos es que los dos hombres se pelearon por su clienta, auque ha lamentado que esta hipótesis "no vende porque no tiene morbo", por lo que ha pedido a los miembros del jurado que olviden lo que hayan podido leer. La letrada también ha cuestionado que Peral supuestamente matara a Pedro R. porque era la pareja con la que convivía, se iban a casar, a tener un hijo y "tuvieron un fantástico día" cuando ocurrieron los hechos.
Arderiu también ha asegurado que Peral le pregunta en muchas ocasiones si la juzgan por un asesinato o por las relaciones sexuales que ha tenido, y ha advertido al jurado de que "muchos testigos vienen a hablar del pecado, y no del delito", poniendo como ejemplo al superior jerárquico de la Urbana que fue juzgado y absuelto por falta de pruebas de que hubiera difundido una foto de Peral practicándole una felación.
La abogada ha concluido su intervención asegurando: "Rosa Peral no será una santa, pero desde luego lo que les puedo asegurar es que no es una asesina".
El abogado de López, José Luis Bravo, ha iniciado su turno reprochando a Peral haber concedido entrevistas a los periodistas, "promoviendo un estado de opinión" determinado, y ha resaltado que su cliente no lo ha hecho para mantener un juicio limpio y justo, según ha dicho.
También ha lamentado que, con sus declaraciones, Peral ha convertido a López en "una especie de monstruo" que salta vallas, que coge un hacha y destroza una persona, que mata niñas y que mató a un mantero, ha manifestado el letrado, que ha subrayado que la única prueba contra su cliente es la declaración de ella.
Ha descartado que López sintiera celos y ha dicho que fue él quien rompió con Peral porque no se quería comprometer con ella, además de señalar que la otra sospechosa ha hecho cambios en su versión de los hechos. El letrado ha añadido que, pese a que el fiscal haya dicho que no hay pruebas directas, sí hubo testigos de los hechos, ya que una de las hijas de Peral explicó a la pareja de su exmarido que la noche de los hechos vio a su madre que "se limpiaba la sangre", mientras que López llegó después.
Ha cerrado su intervención resaltando a los miembros del jurado que el padre de Peral declaró en la investigación que su hija le había pedido que dijera que había visto a Pedro R. al día siguiente del crimen, el 2 de mayo de 2017, y ha concluido: "Una persona que hace mentir a su padre está ocultando su propia responsabilidad".