"Cuando los primeros equipos llegaron al lugar se enfrentaron a una carnicería. Es una escena muy difícil, obviamente con mucho caos. Es increíblemente difícil para todos los servicios de emergencia, a pesar de la pérdida que han sufrido las familias".
Eran las palabras del portavoz del servicio de ambulancias de Nueva Gales del Sur (Australlia), el superintendente Andrew McAlpine, después de asistir al grupo de niños atropellados por un conductor que dio positivo en alcoholemia. En el trágico suceso murieron cuatro de ellos, tres eran hermanos, pertenecientes a una misma familia. Otros tres menores más fueron trasladados al hospital en estado muy grave.
El servicio tenía "una serie de sistemas de apoyo que hemos implementado esta noche y que continuarán durante la próxima semana" para garantizar que el personal sea atendido, señaló McAlpine. Una escena que difícilmente podrán olvidar. Ni los servicios de emergencia, ni mucho menos los familiares, amigos y toda una comunidad, devastados todos ellos por el terrible suceso, informa 'news.sky.com'.
El conductor, de 29 años, dio positivo en el control de alcoholemia realizado por las autoridades tras el suceso. La policía ha abierto una investigación sobre lo sucedido.