¿Qué hacemos mal cuando gritamos para impedir que un bebé meta los dedos en un enchufe? Según Rosa Casafont, algo tan básico como centrar la atención en el propio peligro. Para esta especialista en neurociencia y neurobiología del comportamiento, funcionaría mucho mejor ofrecerle un juguete, una alternativa ilusionante al peligro para que aparte su atención de la toma eléctrica y del riesgo, algo parecido a lo que deberíamos hacer todos cambiando nuestra actitud ante la pandemia.
Casafont defiende con insistencia que "toda experiencia nos transforma" y el coronavirus lo hace de forma singular. Convencida de que "todos los seres humanos a través de autoconocimiento tienen esa capacidad básica para lograr el máximo potencial de su persona", defiende la necesidad de que cada uno de nosotros con la ayuda de expertos descubramos "las herramientas que nos ayudarán a crear un proceso de vida más saludable".
Una de esas herramientas el el denominado método Thabit que es "un modelo que parte del autoconocimiento; de un autoconocimiento neurobiológico, estructural, funcional y de capacidad". "Se trata, añade "de descubrir cómo el cerebro aprende, cómo se transforma y cómo saber dirigir esa transformación".
Según Casafont, "disponemos de herramientas útiles para trabajar en los tres ámbitos de la vivencia: el pensamiento, el sentimiento y el comportamiento. Dado que estos tres campos se auto influyen, invertir en uno de ellos supone influir en los tres a la vez. Con esto conseguimos hacer que nuestro camino de progreso sea fácil, jugando y descubriendo procedimientos y herramientas de fácil incorporación. De esa forma, podemos crear y consolidar hábitos saludables con resultados satisfactorios que nos retroalimentan para persistir en nuestro progreso".
Casafont está convencida de que "cuando descubrimos que los pensamiento positivos nos ayudan a mejorar nuestro sistema inmunitario, todos queremos dirigir nuestros esfuerzos en este sentido".
Y lo más inmediato es comenzar usando herramientas muy simples que apelan directamente a nuestros sentimientos como son la risa, oír música, cantar, baile, movernos o hacer deporte, la inmediatez de estos recursos cambian la química cerebral y a partir de aquí ya podemos abordar cambios quizás más arduos".
Esta necesidad de construir un ecosistema mental alternativo al miedo, la angustia o la depresión que nos ayude a enfrentarnos de forma positiva a la pandemia podemos sustentarla en otro tipo de recursos o herramientas más relacionadas con la comunicación interactiva como por ejemplo, "potenciar la empatía, el saber escuchar o crear sintonías de relación". Con todo ello, afirma esta experta lograremos interactuar no solo con nosotros mismos sino también con todas las personas quenos rodean en un mayor o menor grado de proximidad.
Aprovechando la reciente publicación de de su obra 'Viaje a tu cerebro', Casafont nos recuerda que esta pandemia es "una situación suficientemente dura como para que nos haya provocado una reflexión como mínimo hacernos reconsiderar cuál es nuestra escala de valores". Porque, añade esta experta, tenemos una sociedad muy centrada en el consumo: vivimos demasiado deprisa, hay mucho estrés, y lo que nos ha enseñado esta situación de confinamiento es que todo eso no tiene importancia. Tener mucha ropa para no poder lucirla no tiene importancia, tener un gran coche si no lo puedo usar no tiene importancia. En cambio la importancia está en el cariño, en los afectos, en aquello que hemos visto que se nos alejaba sin querer perderlo, los abrazos las personas queridas que han muertoTodo eso es lo realmente importante y espero que nuestra sociedad haya aprendido esa tremenda y dura lección que nos ha dado la pandemia", concluye.