Un nuevo estudio de la Universidad de Indiana (IU) publicado en PLOS Genetics revela el papel , hasta ahora desconocido, que desempeña una proteína para ayudar a las bacterias a recuperar el ADN en su entorno, como si fuera un pescador sacando su captura del mar.
El descubrimiento ha sido posible gracias a un nuevo método de imagen inventado en la IU que permitió a los científicos ver por primera vez cómo las bacterias usan sus apéndices largos y móviles, llamados pili, para unirse al ADN en el medio ambiente. Los resultados pueden ayudar a acelerar el trabajo sobre nuevas formas de detener la infección bacteriana.
"La cuestión de la resistencia a los antibióticos es muy relevante para este trabajo, ya que la capacidad de los pili de unirse al ADN es una de las principales formas en que las bacterias evolucionan para frustrar los medicamentos existentes", dijo Ankur Dalia, profesor asistente en el Departamento de Biología del IU Bloomington College of Arts and Sciences, autor principal del estudio.
El acto de engullir e incorporar material genético del medio ambiente, conocido como transformación natural, es un proceso evolutivo mediante el cual las bacterias incorporan rasgos específicos de otros microorganismos, incluidos los genes que transmiten resistencia a los antibióticos.
La necesidad de nuevos métodos para detener la infección bacteriana está creciendo, ya que el uso excesivo de antibióticos existentes, que acelera la rapidez con la que los organismos infecciosos evolucionan para ser más astutos que estos medicamentos, está causando que el mundo se quede rápidamente sin tratamientos efectivos. Para 2050, se estima que 10 millones de personas podrían morir cada año por la resistencia a los antimicrobianos.