No todo el mundo está autorizado a manejar un dron, se necesita un permiso especial y quien no se atenga a las restricciones puede enfrentarse a una multa superior a los doscientos mil euros. Para vigilar, que también en estos casos, se cumpla la ley, existe incluso una unidad especial de la policía.
Son muchos los destrozos que un dron puede hacer a un avión de pasajeros, hasta destrozar un ala, pero si entra en un motor podría haber provocado una tragedia. Por eso la ley prohíbe volar drones a menos de 8 kilómetros de aeropuertos y hospitales con helipuertos.
En ciudades como Madrid o Barcelona está totalmente prohibido sin un permiso especial. Y la multa puede ser elevadísima. Tampoco se pueden volar de noche ni por encima de gente.
La policía tiene instaladas antenas fijas anti drones que localizan al momento al dron y a su piloto.
Y en grandes eventos los agentes usan unos neutralizadores portátiles. La primera vez que lo usaron fue en la final de copa de 2018, cazaron un dron acercándose al estadio. Le salió caro, la multa fue de 35 mil euros.