Las residencias carecen de un protocolo de actuación general para casos de vejación de ancianos

  • Las recién llegadas unidades de convivencia pueden evitar los malostratos

  • Se piensa implementar el modelo nórdico: un trabajador siempre con el mismo grupo

La gran mayoría de los trabajadores de las residencias, por fortuna, se vuelcan en el cuidado de los ancianos. Sin embargo, no es la primera vez se registra un trato vejatorio en este tipo de centros, como el que se pudo ver en el centro de Terrasa.

Detrás de los malos tratos y de las vejaciones a una anciana en una residencia de Madrid, también había una cámara como testigo perfecto. Tirones, risas, empujones y golpes. Un caso que salió a la luz y en el que hubo denuncia y consecuencias.

En Jaén también se vivió otro maltrato hacia otro usuario, que sufrió golpes y violencia. Son casos puntuales, pero también difíciles de evitar, porque son actos individuales. No existe un protocolo de actuación general en el sector para evitar estos abusos. Ni pruebas psicológicas antes de controlar al trabajador.

Cada centro, cada cadena de residencias tiene sus medidas. Desde cursos de formación y ética, a el control de antecedentes o expedientes abiertos por casos similares antes de contratar al empleado. Las recién llegadas unidades de convivencia pueden evitar los malos tratos. Es decir, que sean siempre los mismos trabajadores los que se encarguen de un grupo de residentes. Es mas personal, y hay mayor control. Es lo que llaman el modelo nórdico.