El reloj del edificio que alberga al Banco de España en Madrid se paró el pasado fin de semana a causa del temporal 'Filomena'. Es la primera vez que este reloj deja de funcionar, a excepción de cuando se ha parado por motivos de mantenimiento, en sus 130 años de historia.
La nevada y la bajada drástica de temperaturas produjeron una congelación de los engranajes de las agujas y estas dejaron de moverse. El relojero no pudo acceder al Banco hasta el martes por los problemas de movilidad a causa de la nevada. Así que hasta ayer el reloj ha estado parado por primera vez en más de un siglo. No obstante, no ha sido necesaria la reparación, ya que al derretirse el hielo las agujas han empezado de nuevo a funcionar.
El relojero si ha tenido que limpiar y engrasar el mecanismo para minimizar los efectos de las próximas heladas y será necesaria una exhaustiva supervisión del funcionamiento en los próximos días.
En los últimos años hubo dos paradas técnicas para solventar incidencias puntuales de la maquinaria, sin embargo, no consta ninguna referencia a otro tipo de paradas que no fueran relacionadas con el mantenimiento del reloj.
El 17 de agosto de 1889, la Comisión de Obras del Banco acordó colocar un gran reloj sobre el chaflán del nuevo edificio que se estaba construyendo en Cibeles, una pieza que debería tener "cuerda para ocho días, con rodaje de bronce montado sobre ejes de acero, con péndulo de hierro y madera".
Creado por la casa Glasgow, el relojero Garín lo puso en funcionamiento el 1 de marzo de 1891, tras entregar un manual de cuatro páginas -que aún se conserva- explicando cómo debía realizarse su conservación, de la que se hizo cargo a razón de 2,50 pesetas diarias.
Desde entonces, ha funcionado sin descanso, marcando las horas en periodos de paz, de guerra y de crisis, hasta este pasado fin de semana que se paró como consecuencia del temporal Filomena.