El Gobierno de Reino Unido podría considerar la legalización de todas las drogas, incluida la cocaína o la heroína, si fuera recomendado por encargo real. La parlamentaria Diane Abbott aseguró a 'The Sunday Times' que "no hay nada más importante que preservar la vida de nuestros ciudadanos".
También se examinaría la posibilidad de clínicas de prevención de sobredosis, instalaciones administradas por el Estado donde los usuarios podían inyectarse con seguridad, dijo Abbott, del partido laborista.
Un ejemplo para ello es Portugal, que legalizó todas las drogas en 2001. Desde entonces, ha visto una disminución en los diagnósticos de VIH atribuidos a la inyección.
El Observatorio Europeo de las Drogas y las Toxicomanías mostró que el 8% de los adultos jóvenes admitieron fumar cannabis durante el último año en un estudio de 2017, mientras que el número aumentó al 12,3% en el Reino Unido.
El parlamentario también laborista David Lammy añadió que estaba contento de ver a su partido "comprometerse con un enfoque basado en la evidencia sobre la reforma de drogas". Agregó: "La guerra contra las drogas está financiando pandillas, alimentando el crimen, dando a los niños un acceso fácil en las redes sociales y criminalizando desproporcionadamente a los jóvenes de la clase trabajadora".
En junio, Helen Clark, ex primer ministro de Nueva Zelanda y comisionado de la Comisión Global de Clasificación de Políticas de Drogas de Sustancias Psicoactivas, señaló que el enfoque del cannabis y la heroína en todo el mundo mostró una respuesta irracional al problema del uso de drogas.
Al escribir en 'The Independent' a principios de este año señaló: "Todos los medicamentos legalmente disponibles tienen riesgos y efectos secundarios que los médicos, las autoridades y, en última instancia, las sociedades han considerado aceptables en equilibrio con sus beneficios terapéuticos. Necesitamos pesarlos de manera diferente para usos no médicos, pero el nivel aceptable ciertamente no es cero; de lo contrario, el alcohol, el tabaco y la cafeína habrían sido prohibidos hace mucho tiempo".
"Sugerimos desarrollar políticas que incentiven a las personas a alejarse de las sustancias más nocivas mediante el uso de regulaciones médicas y de seguridad del consumidor y otras medidas fuera del sistema de justicia penal. Necesitamos un enfoque de salud pública para todo uso problemático de sustancias psicoactivas", agregó Clark.