El confinamiento y la reducción del tráfico han conseguido que la capital sea una ciudad silenciosa. Se ha reducido tanto la contaminación acústica que hasta los sismógrafos no detectan movimiento.
Antes en la ciudad la gente huía para encontrar la naturaleza sin saber que vive entre nosotros, porque así suena ahora Madrid, también de noche, misma melodía en Valencia donde se cuela hasta el mar y en Bilbao canciones, ciudades que solo despiertan a las 20.00 horas para los plausos.
Vivimos la vida como nadie pero el centro geográfico nacional ya no escucha nuestras vibraciones y no hay mal que por bien no venga, en Madrid se respira casi un 50 por ciento mejor, sin coches ni aviones.
Igual que en la Plaza de España pero Roma, nos siguen con un 45 por ciento menos de emisiones, también en París, hoy es la ciudad que más ha reducido su contaminación.
Hasta Google Maps ha dejado de recibir visitas, ya nadie busca donde ir porque todos conocemos la dirección, quedarnos en casa para volver a ser los de siempre.