La ola de calor que atraviesa España está dejando en los últimos días temperaturas extremadamente altas que sufren, no sólo por los humanos, sino también sus mascotas. Los perros, los gatos y otros animales domésticos son especialmente sensibles al calor. Es habitual que su pelaje y sus condiciones biológicas no les permitan regular la temperatura de la misma manera en que lo hacen los humanos y que, por tanto, estos días de calor extremo sean para ellos incluso más insoportables que para nosotros.
Para identificar un golpe de calor es importante estar atentos a algunas pistas que pueden hacer bastante evidente que nuestra mascota sufre hipertermia. En los perros, la temperatura corporal más habitual oscila entre los 38 y los 39ºc. Durante un golpe de calor o hipertermia -término científico- esta temperatura puede subir hasta los 42ºC. Si no se hace nada para remediarlo, el animal puede acabar sufriendo hemorragias, problemas vasculares, problemas respiratorios e incluso un edema cerebral o la muerte.
Hay ciertos rasgos que nos indican que nuestra mascota está sufriendo un golpe de calor. Si comprobamos que mantiene una respiración muy rápida y forzada, que tiene dificultad de movimiento o que se tambalea, es importante que tomemos medidas para que la situación no se agrave.
Otros de los síntomas o de los rasgos más habituales que sirven para identificar un golpe de calor en un animal es una alteración en la salivación. Además, si las fosas nasales del perro o el gato comienzan a adquirir un tono azul puede ser también un signo inequívoco de hipertermina.
Existen diversos factores de riesgo como posibles causantes de un golpe de calor. Algunos de los más habituales son las altas temperaturas en el exterior, una elevada humedad ambiental, estancias prolongadas en espacios reducidos o la falta de agua o hidratación.
Para evitar esta situación, los veterinarios recomiendan tomar una serie de precauciones fundamentales para el bienestar de las mascotas. En primer lugar, es necesario que el animal tenga acceso a agua fresca y espacios ventilados y con sombra. Es importante también evitar las horas centrales del día para la realización de los paseos y evitar que hagan grandes esfuerzos cuando las temperaturas son más altas.
Ante un golpe de calor, es recomendable actuar de manera eficiente pero sin perder la calma para no estresar al animal. Es necesario reducir la temperatura corporal del animal pero hay que evitar hacerlo de manera drástica por lo que un baño frío no sería una buena idea. En caso de que sea necesario, los dueños del animal serán los responsables de su traslado a una clínica veterinaria donde se le proporcionará el tratamiento farmacológico adecuado.