Evitar el sol, hidratar y otros consejos básicos para cuidar de tu mascota en vacaciones
Las altas temperaturas, la humedad... afectan tanto a las personas como a tus mascotas, por lo que es importante modificar sus cuidados durante el verano
Mantener una hidratación elevada, evitar el ejercicio físico intenso, protegerles del calor y del sol... son algunos consejos básicos
Intenta no modificar sus rutinas y meter en la maleta sus juguetes: si viajas sin ellos, elige un lugar de confianza y a la medida de su grado de sociabilidad
Las altas temperaturas, la humedad, el cansancio... son factores que afectan, en mayor o menor pedida, a cualquier persona durante los meses de verano. Lo mismo se aplica a nuestras mascotas: puede que a veces no reparemos en ello pero, del mismo modo que debemos tener especial cuidado con nuestra hidratación durante estos meses, lo mismo se aplica a los animales que conviven con nosotros, y esta misma máxima es válida a la hora de aplicar casi cualquier cuidado extra. Estos son algunos consejos para cuidar de tu mascota en vacaciones.
Cómo cuidar a tu mascota en vacaciones
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Si te preguntas cómo cuidar a tu mascota en vacaciones para evitar cualquier susto o enfermedad, ten en cuenta que la máxima es el sentido común: difícilmente podrás saber qué pasa exactamente por la cabeza de tu perro o gato, pero sí podrás extrapolar tus propias sensaciones a su caso particular y comprender que puede ser necesaria una mayor hidratación, crear zonas de sombra, reducir la actividad física o trasladarla a horas de menor temperatura...
Factores como el pelaje, la raza, la edad, las enfermedades que ya padezcan... también deben tenerse en cuenta a la hora de cuidar a nuestras mascotas durante el verano. Algo similar ocurre en cuanto a las rutinas y cambios que se experimentan durante el verano: si viajamos con nuestra mascota tendemos que tener cuidado y no trastocar en exceso sus horarios, de forma que pueda descansar y alimentarse de forma adecuada, entre otras cosas.
Estos son algunos consejos que debes tener en cuenta a la hora de cuidar a tus animales de compañía en verano:
- El sol también afecta a tu mascota. Reserva para ella un lugar a la sombra si vas a exponerte al sol, y no olvides la hidratación constante. Si acudes a una zona de baño donde se permitan mascotas, un buen chapuzón de vez en cuando ayudará a regular su temperatura. Exactamente igual que en el caso de las personas. Las quemaduras solares y los golpes de calor también son una posibilidad.
- Agua, agua y más agua. Es el consejo universal para evitar problemas de salud durante los meses de calor. Ten en cuenta, además, que las mascotas no transpiran igual que nosotros y que pueden tenerlo más difícil a la hora de liberar calor. Es básico que transiten por lugares bien ventilados y que siempre lleves un bebedero encima por si acaso reclamen beber.
- Evita una actividad física intensa. Está claro que tu mascota debe seguir ejercitándose y sacudiéndose su exceso de energía diaria, pero es mejor moderar la intensidad y evitar las horas de máximo calor. Ante la duda, elige la primera hora del día o la última de la tarde para vuestros paseos y juegos. Esto también protegerá en mayor medida sus patas: no olvides que tus mascotas transitan sobre el asfalto y demás superficies sin ninguna protección externa.
- Un corte de pelo ayudará a regular la temperatura. Y esto es especialmente aplicable a las mascotas de pelo largo. Sin embargo, recuerda que el pelo también les protege del sol, así que es mejor no excederse.
- Cuidado con el golpe de calor. Si notas que tu mascota jadea en exceso, que su temperatura supera los 42 grados, o si aparecen taquicardias, lengua seca, diarrea, vómitos... es probable que esté sufriendo un golpe de calor. En esos casos, la hidratación es clave, así como buscar una zona de sombra y refrescarla de forma gradual. Ante la duda, acude a un veterinario, sobre todo si los síntomas persisten a pesar de estas medidas.
- No dejes que tus vacaciones afecten a tu mascota. Y, si es así, que sea para bien. Al viajar con tu mascota, evita cambios bruscos en su rutina, sobre todo en lo que a alimentación y descanso se refiere. Tampoco olvides meter en la maleta sus juguetes. Evita dejarla sola y, si decides viajar sin ella, busca una opción a su medida para que siga recibiendo cuidados en tu ausencia. En general, elige a personas o empresas de confianza y, si es posible, acostúmbrala poco a poco a las personas encargadas de sus cuidados en tu ausencia.