A sus 90 años, Carmen sufrió el asalto de dos desalmados que le robaron el bolso con sus pertenencias. Entre ellas, el dinero de la pensión que acababa de cobrar en un banco.
Fue por ello por lo que la siguieron: la vieron salir de la entidad bancaria y se acercaron hasta ella cuando se aproximaba a su portal. Fingieron incluso ayudarla a empujar la puerta, y cuando ya estaban dentro, la pareja de asaltantes, –un hombre y una mujer–, la abordó. Sin piedad alguna, fue él quien le pegó tal tirón para arrebatarle el bolso que la dejaron tirada y malherida en el suelo antes de huir mientras la nonagenaria gritaba desesperada: “¡ladrones!”
Afortunadamente, Carmen logró ponerse en pie y, tras recuperarse del susto, interpuso la denuncia.
“Me sujetaron entre dos y me pusieron la mano en los ojos”. “El hombre me sentó”, ha contado Carmen, que fue sorprendida a plena luz del día en uno de los barrios más concurridos de Zaragoza.
Una cámara situada en el portal captó las imágenes, pero los ladrones aún no han sido identificados.
Desgraciadamente, no es la primera vez que vemos escenas sobrecogedoras de violencia contra personas mayores. Solo en la capital aragonesa, en lo que llevamos de año se han duplicado este tipo de robos. Suelen ser bandas que se aprovechan de la soledad e indefensión de este colectivo para robarles sin ningún tipo de piedad.