La profesora Flavia Angelino, orientadora vocacional de una escuela en Quilmes (Argentina), fue a la casa de uno de sus alumnos de cuarto grado porque hacía un mes que el menor no se conectaba a las clases virtuales. No imaginaba que con su presencia evitaría la muerte de la madre del estudiante. “Los gritos se escuchaban desde la esquina”, contó la docente a TN, tras ser testigo de un hecho de violencia de género.
Desde el exterior de la vivienda escuchó gritos y luego vio que un hombre apuñalaba en la zona del tórax a una mujer, la madre de su alumno. Su presencia evitó que el ataque fuera mortal. “La mamá salió gritando y el padre detrás. En ese momento, el hombre le apuñaló el pecho con el cuchillo”, relató.
Tras ser descubierto, el sujeto identificado como Gabriel Lezcano intentó escapar, pero fue capturado por la Policía. La madre, una ama de casa de nacionalidad paraguaya de 39 años, fue trasladada a un hospital donde confirmaron que la puñalada lesionó su pulmón derecho. Además, tenía lesiones en el rostro.
“Fue intervenida quirúrgicamente”, indicó a TN el director del Hospital Iriarte, y explicó que la herida de arma blanca le produjo un neumotórax que era necesario drenar. Pese a la gravedad de la agresión, el médico fue optimista y confió en que recibiría el alta en cuatro o cinco días.
Por su parte, la profesora manifestó que la visita al domicilio de su alumno respondía a una decisión tomada con el equipo directivo del colegio para revisar el espacio en el cual los estudiantes hacen sus labores. “Su comunicación era muy escasa, también con los dispositivos. Es una historia puertas adentro, quizá conocida por los vecinos pero que no salía. Él hablaba como cualquier pequeño, pero no contaba esta situación que está naturalizada. Lógicamente ese día estaba muerto de miedo”, relató Angelino a Infobae.
El escolar y su hermano quedaron al cuidado de la cuñada de su madre y uno de sus tíos. El agresor, un joyero de oficio, está detenido y fue acusado del delito de tentativa de homicidio en el marco de violencia de género. “Salvar vidas es parte de nuestra función. Crear la vida colectiva de estudiantes y docentes. Como escuela nuestro lugar termina en el umbral socioeducativo”, finalizó la maestra.