Diego Gómez y Sergio Rodríguez son dos agentes de la Policía Nacional que desempeñan sus funciones en la localidad malagueña de Ronda. Hace unas semanas, vivieron una situación verdaderamente insólita. Se encontraban patrullando por Las Peñas, una zona conocida por el menudeo de droga, cuando de repente se toparon con un vehículo que circulaba de manera bastante agresiva, realizando peligrosos adelantamientos y metiéndose en sentido contrario e incluso por el arcén.
Los policías pensaron que huía de alguien o se daba a la fuga tras cometer un robo, pero nada de eso tenía que ver con la realidad. Al darle el alto, tal y como recoge el Diario Sur, observaron que dentro iba una mujer que estaba a punto de dar a luz y que no llegaba a tiempo al hospital. Por ello, los agentes decidieron escoltarles y abrir paso, con el objetivo de que la embarazada pudiera ser atendida en el centro. Lo lograron y el pequeño Juan Antonio no tuvo que venir al mundo en el asiento de atrás del automóvil.
Sergio se había bajado del coche y recuerda cómo ninguno de los ocupantes acertaba a explicar lo que ocurría: "Estaban muy nerviosos, no les salían las palabras. Solo la cuñada de la madre fue capaz de decir que iba a parir en el coche". Su compañero Diego, que iba al volante, pisó el acelerador inmediatamente y puso los prioritarios.
Rocío Valderrama es la madre del pequeño, una vecina de Ronda que recuerda que aquella mañana empezó con las contracciones y llamó a su hermano y a su cuñada. Esperaron en casa hasta las 11:30 horas, cuando decidieron llamar a un vecino y poner rumbo al hospital. Pero había mucho tráfico. "Pensaba que no iba a llegar, estaba a punto de parir y no quería hacerlo en el coche. Cuando aparecieron los policías, la verdad es que vimos el cielo abierto", relata Rocío al Diario Sur.
Gracias a los agentes, no tardaron en presentarse en la puerta del centro hospitalario, donde ya esperaban los sanitarios. Rocío no pasó mucho tiempo en el paritorio: "Fue entrar y salir. Gracias a Dios salió todo muy bien y estaré siempre muy agradecida a los policías, ya que sin ellos no quiero ni imaginar lo que hubiera pasado".
Tanto fue así que, a los pocos días de dar a luz, la mujer decidió acudir a la Comisaría de Ronda para mostrar su agradecimiento a los dos policías nacionales y presentarles al pequeño.
Los agentes se sienten muy halagados por el cariño de esta familia. Insisten en que los servicios humanitarios son los más bonitos de la profesión. "La vocación de ayudar a los demás es algo imprescindible para esta profesión, si no la tienes no vas a estar a gusto en este cuerpo. Esto se trata de eso, de asumir problemas de terceras personas como propios y resolverlos", concluyó Sergio.
Diego, que incluso ha recibido una distinción de la Fundación de la Policía Nacional por otro servicio humanitario en el que impidió que una mujer se arrojara al río Tajo, subrayó que "hemos ayudado a que una nueva vida llegue a este mundo de una forma más segura".
El pequeño Juan Antonio, sin saberlo, tenía ya antes de nacer dos ángeles de la guarda. Y una historia para su inicio de vida con un final muy feliz.