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El callejero de Málaga sigue a la espera de poner el nombre a una de sus vías a Alberto Ferrer Medina, miembro de la Policía Local de Málaga al que sus compañeros de cuerpo rinden homenaje un año después de su muerte. Un vídeo colgado en YouTube muestra una de sus intervenciones cargadas de valentía, arrojo y eficacia: salvó a una mujer y a sus hijos amenazados por un hombre armado con un puñal de grandes dimensiones.
Alberto era #Tango5, un indicativo que ha quedado grabado para sus compañeros de cuerpo que lo califican como "gran profesional" y "valiente, de los más valientes que se puedan conocer".
De él dicen que "no tenía miedo", por eso no extraña ver su última intervención ocurrida en 3 de enero de 2021 al frente de un equipo de los Grupos Operativos de Apoyo (GOA) en la que puso en práctica todas esas cualidades que le atribuyen en la detención de un hombre atrincherado en una vivienda esgrimiendo un cuchillo con el que amenazaba a su expareja.
La Policía Local de Málaga recuerda la intensa negociación de Alberto Ferrer con un hombre que amenazaba tanto con agredir a la víctima como con autolesionarse. Su contundente intervención sirvió para hacerlo dudar y convencerlo, en un momento dado, de que bajara el cuchillo, instante que aprovecharon tanto él como sus compañeros de la unidad GOA de la Policía Local de Málaga para inmovilizarlo con rapidez y arrebatarle el arma blanca.
Sus compañeros recuerdan los terribles momentos que rodearon a aquella intervención de Alberto llena de angustia y tensión y en la que sus ordenes claras, concisas y directas permitieron poner a salvo a la mujer amenazada y a sus hijos, al tiempo que se logró detener al agresor, "logrando evitar, una vez más, que ocurriese un mal mayor".
Alberto Ferrer Medina nació en febrero de 1977 e ingresó en la Policía Local de Málaga el 21 de febrero de 2001, con 24 años recién cumplidos. Estaba casado y tenía un hijo. Su vinculación con el cuerpo venía de antes, un hermano mayor ya prestaba servicio en la Policía Local de Málaga, como recuerda José Luis Toledo, compañero y organizador de este homenaje.
Las doce felicitaciones que durante los 20 años de servicio recibió le granjearon la consideración de "gran profesional" que "Cuidaba de sí mismo y de los que le rodeaban".
Su muerte como consecuencia de un aneurisma cerebral sorprendió y conmocionó a todos en el Hospital Regional de Málaga en dónde estaba ingresado. Durante 18 días luchó en el hospital por mantenerse con vida, pero la fatalidad superó a su coraje y sus ganas de vivir y falleció el 29 de enero de 2021 con 43 años.
La Ciudad de Málaga, a propuesta de su alcalde, Francisco de la Torre le concedió el honor y el reconocimiento de que una calle llevase su nombre. A la espera de un nuevo vial, que permita cumplir con este acuerdo de todos los partidos, los compañeros de Alberto no dudan en homenajearle recordando que "es de esas que nos hace cuestionarnos muchas cosas, que nos hace reparar en la fragilidad del ser humano, que nos hace enfadarnos, sentirnos afligidos y consternados".