El piloto del AC837 de Air Canada se ha convertido en todo un héroe para los pasajeros que ayer vivieron con angustia la larga odisea de su avión, que perdió una de las ruedas del tren de aterrizaje en el despegue.
Casi cinco largas horas de agonía acabaron con un final feliz tras un aterrizaje forzoso y perfecto en el aeropuerto de Madrid-Barajas.
La pericia del piloto evitó que el susto fuera a más y el avión consiguió tomar tierra sin más problemas que los nervios y la tensión acumulada de los 130 pasajeros que pretendían emprender un viaje con destino Toronto.
A su llegada al aeropuerto tras el incidente, el comandante de la aeronave fue recibido con alabanzas por parte de los familiares y amigos de los pasajeros.
Hoy a mediodía, saldrá un avión rumbo a Toronto en el que podrán volar todas las personas que ayer tuvieron que pasar de nuevo la noche en Madrid.