El pasado 30 de marzo y ante el crecimiento exponencial en las cifras de contagios y muertes por coronavirus, el gobierno formuló una medida de carácter obligatorio en forma de permiso retribuido recuperable para todas aquellas empresas consideradas no esenciales. De esta manera daba comienzo la “hibernación” económica, que verá su fin este jueves día 9, por lo que muchas empresas deberán retomar su labor próximo lunes.
La reincorporación, no obstante, será con matices: el Ministerio de Sanidad ya ha comunicado las medidas necesarias para evitar otro repunte en el número de contagio. En primer lugar debe intensificarse la higiene en puertas, barandillas, botones y otras superficies. Los trabajadores deben ser informados, vía cartelería, sobre las medidas de precaución que deben tomar. Por último, los espacios deben modificarse para garantizar los dos metros de distancia interpersonal de seguridad.
La realidad, no obstante, es que muchas empresas no podrán volver al trabajo con normalidad y tendrán que recurrir a los expedientes de regulación temporal de empleo (ERTEs), cuya primera ola afectó a más de tres millones de trabajadores. El plan del Gobierno es el de alargar estos expedientes más allá de la finalización del estado de alarma, que termina oficialmente el 26 de abril.
La vuelta a la normalidad tras la cuarentena no será inmediata, si no que se tomará su tiempo y se adaptará de forma paulatina. Se realizarán exhaustivos análisis en zonas y grupos de población. La reapertura de las escuelas o la celebración de actos multitudinarias también tendrán que esperar. La actividad turística, uno de los grandes motores de nuestra economía, será lo último en volver.