Hecha la ley, hecha la trampa. La implantación del pin parental en Murcia, propuesta por Vox, está dando mucho que hablar. Lo último, la pericia de los alumnos a la hora de hacer pellas desde su llegada.
El pin parental permite a los padres opinar y elegir sobre la educación complementaria que reciben sus hijos en el centro escolar. Una especie de autorización parental, mediante la cual los progenitores pueden mostrar su conformidad o disconformidad a la hora de que sus hijos asistan a actividades complementarias como excursiones o conferencias, que los alumnos que están en riesgo de sufrir fracaso escolar están aprovechando a su favor según publica El Español.
Sin autorización, los alumnos no pueden asistir a ninguna actividad complementaria que organice el centro. "Los estudiantes [...] aprovechan para no presentar esta autorización y eludir su asistencia a las charlas” corrobora Manuel, profesor del IES Juan Carlos I de Murcia.
Desde que en septiembre la Consejería de Educación emitiese una instrucción instando a colegios e institutos a tramitar de manera obligatoria esa autorización, la participación de los menores en este tipo de actividades se ha reducido de manera considerable. Lo que está en cierta medida afectando a algunos docentes que no se atreven a organizar ciertas actividades complementarias por miedo a tener conflictos con las familias o al elevado absentismo.
La temática de tales actividades versa sobre sexualidad, acoso escolar, violencia machista, ludopatía, igualdad de género, inmigración, seguridad vial o medio ambiente, entre otras.