Lo denuncian cada vez más expertos y lo escuchamos con cada vez más frecuencia: la obsesión por tener ‘likes’, reproducciones y ‘popularidad’ en las distintas redes sociales y plataformas de vídeo lleva a cada vez más usuarios a acometer desde imprudencias y acciones estúpidas a sobrepasar completamente los límites. Esto último lo vimos recientemente aquí, en España, y concretamente en Málaga, donde tres jóvenes fueron detenidos por grabar y mofarse de un adolescente con un trastorno psicológico al que instaron a tragarse una lagartija viva; un lamentable suceso falto de humanidad que recuerda a otros como el del ‘youtuber’ que dio a un mendigo unas galletas rellenas de pasta dientes.
Desgraciadamente, sobran los –malos– ejemplos, y ahora el caso que está dando la vuelta al mundo llega desde Egipto, donde una pareja de ‘youtubers’, Ahmed y Zeinab, están siendo investigados por un delito de abuso infantil, además de maltrato psicológico y explotación comercial de menores de edad. Delitos que, de confirmarse como tales, habrían sido perpetrados contra su propia hija, Eline.
Sus vídeos, en los que aparecen molestando a su recién nacida mientras duerme, pellizcándole las mejillas hasta que consiguen hacerla llorar mientras ellos no pueden parar de reír al tiempo en que piden a los espectadores que se suscriban a su canal, han causado una enorme indignación en las redes sociales, motivando que la justicia egipcia haya decidido entrar en acción para analizar el caso.
Los usuarios denuncian que están abusando de la pequeña, sometiéndola a un riesgo innecesario y exponiéndola continuamente a la cámara y su luz; una denuncia que ha presentado y ha hecho también suya el Consejo Nacional de la Maternidad y la Infancia de Egipto, tal como informa Gulf News, quien recoge declaraciones de la presidenta del organismo Azza el Ashemaui.
“El Consejo ha presentado una queja después de recibir denuncias a través de su Servicio de Ayuda a la Infancia sobre el abuso de esta pequeña por parte de sus padres con el propósito de lograr un mayor número de reproducciones en las redes sociales”, anunció, añadiendo que han “analizado el contenido de los vídeos y concluido que constituyen un abuso infantil y una violación de la ley”.
Por ello, en respuesta, el fiscal Nabil Sadeq ordenó el pasado sábado iniciar una investigación del caso.
Según el citado medio, de ser declarados culpables de los delitos de los que se le acusan podrían enfrentarse a cinco años en prisión y una sanción de 50.000 libras egipcias, es decir, aproximadamente 2.693 euros.