Se cumplen diez días de la desaparición de Esther López de la Rosa la mujer de 35 años a la que se le perdió la pista la noche del 12 de enero tras ver un partido de fútbol en un bar con varios amigos en el municipio vallisoletano de Traspinedo. La Guardia Civil ya considera el caso como una desaparición de alto riesgo y no creen que se marchase de forma voluntaria. De la misma manera, su padre, Miguel López, ha descartado esta opción en el programa 'Viva la Vida asegurando que hasta entonces siempre estaban en contacto.
La tarde del 12 de enero, la joven salió de su vivienda para reunirse con sus amigos en un bar y ver el partido de la Supercopa de España de fútbol entre el FC Barcelona y el Real Madrid.
Al salir decidieron alargar la noche en otro local y Esther se fue con dos amigos a la urbanización El Romeral, donde vive uno de ellos.
Ya de madrugada, un amigo declara que discute con ella cuando la llevaba en su casa y que Esther decide bajarse en la carretera junto al restaurante La Maña, a seis kilómetros de su casa.
Supuestamente, alguien la iba a recoger allí, pero su padre descarta esta opción: "Es que no ha quedado con nadie para Valladolid. Creo que se bajó del coche porque iba con otro chico... pero no que quedó con nadie que iba a Valladolid ".
En este punto, junto a la nacional 122, una zona boscosa, llena de maleza, arroyos y donde se pueden encontrar varios pozos, han realizado tres batidas coordinadas por la Guardia Civil a lo largo de esta semana. El miércoles se incorporaron a la búsqueda perros especialistas en rastreo y el jueves se sumó un helicóptero.
Según fuentes de la Subdelegación del Gobierno en Valladolid, la desaparición pasó de "de riesgo bajo a preocupante". En ocasiones anteriores había desaparecido durante algunos días de su domicilio, pero esta vez sus familiares están convencidos de que no es así. "Se puede haber ido como todo el mundo unos días de fiesta, pero no", ha declarado su padres, destacando el hecho de que desde el momento de la desaparición su teléfono móvil dejase de emitir señal. En este sentido, su padre descarta que se marchase voluntariamente: "Siempre estábamos en contacto". Además, ha comunicado que tanto su mujer como su hija están "muy mal", "a base de pastillas".
Durante la jornada del sábado, más de 400 vecinos se han sumado para peinar la zona, cuyo radio se ha ampliado a 3km, en busca de alguna pista sobre el paradero de Esther López. Su padre, que ha participado activamente, ha explicado en el mismo programa que "me han tenido que volver a casa porque me he quedado sin fuerzas y sin nada".
Sobre la investigación, asegura no saber nada, "es como si se la hubiera tragado la tierra". La Guardia Civil, dice, no les va a comunicar nada "hasta que no tengan algo claro y concreto".
En este sentido, fuentes de la Subdelegación aseguraron a Efe que no se maneja todavía ninguna hipótesis clara sobre este caso y tampoco se van a desvelan detalles de la investigación para evitar "dar pistas" en el supuesto de que haya alguna persona implicada en la desaparición.
Esther López mide 1,65 y tiene el pelo largo y castaño, los ojos marrones y en el momento de su desaparición vestía un pantalón vaquero negro, una cazadora y botas negras, según el cartel difundido por la Asociación SOSDesaparecidos.