¿Cómo reaccionar cuando tu pareja sentimental te oculta un embarazo y mata al bebé que esperas de 53 puñaladas, lo mete en una mochila y lo mete en un contenedor para luego irse de vacaciones con toda la paz de mundo? Es lo que ha tenido que sufrir la ex pareja sentimental de la gijonesa acusada de asesinar de 53 puñaladas a su bebé y padre del recién nacido, D.B.S. En el juicio ha justificado actuar como acusación particular para que se haga Justicia "y como todo padre, defender a mi hijo". También ha señalado que ni sospeché ni supo que su pareja estaba embarazada. Así lo ha hecho durante la tercera sesión del juicio con jurado popular que se está celebrando en la Sección Octava de la Audiencia Provincial de Asturias con sede en Gijón, en el que la procesado ha reconocido los hechos.
¿Cómo es posible que una persona que convive con otra no detecte que está embarazada? El joven ha argumentado al respecto que ambos no comían saludablemente por no saber cocinar bien y habían engordado ambos, por lo que no desconfió nadie de que ella pudiera tener algo más de barriga. Ha incidido en que los dos querían tener hijos, uno o dos, aunque no a corto plazo. Para respaldar el hecho de que no se diera cuenta del embarazo de su pareja, el joven ha contado que ese verano habían ido de excursión con los padres de ella y que se habían bañado, sin que nadie notara que estaba embarazada. También desconocía que la joven había tenido previamente a los hechos, dos abortos.
"Le gusta tenerlo todo controlado, es una persona muy suya", ha apuntado sobre la procesada. Así, el perfil que hace de ella no presenta que una de las razones de su terrible acción haya sido el miedo. "No tenía problemas con su familia ni tampoco económicos", según su ex pareja sentimental. Tampoco le consta que hubiera estado en tratamiento psiquiátrico. El joven ha confesado que sí se siente culpable de no haber detectado la situación, con relación al embarazo, y evitar el asesinato de su hijo. La pareja llevaba unos 7 u 8 años de relación sentimental antes de los hechos, de los que los dos últimos habían convivido en el piso de Nuevo Roces que había comprado su padre. Es decir, la relación entre ambos era sólida.
El día de los hechos, ella le pidió el día de hechos que comprase unas compresas antes de llegar a casa porque había tenido un quiste y no le quedaban. Al llegar a casa, vio unas gotas de sangre en el pasillo desde el baño a la habitación. Lo que le llamó la atención fue que no lo hubiese limpiado. Ella estaba en el sofá y le dijo que había tenido una pérdida y que no le había dado tiempo a limpiar. Sí que había cambiado la ropa de cama y echado agua oxigenada. El colchón estaba dado la vuelta, pero no se enteró de ello hasta que les detuvieron y registraron la vivienda.
Tras la exploración ginecológica con posterioridad al hecho realizada a la acusada por el servicio de ginecología del HUCA, se comprobó que no tenía ningún quiste en los ovarios.
El bebé no estaba en la casa cuando él llegó, según su declaración. "En ningún momento vi un bebé en mi casa. Me puse a fregar y luego bajé a la perra para dar un paseo por el barrio. Al día siguiente, ella no comentó nada de ir al médico, pese a haber tenido pérdidas. Ese día se enteraron del hallazgo del cadáver del bebé gracias a un amigo. Se quedaron tocados, pero nunca pensó que el bebçe del que hablaban era suyo. La reacción de ella, no obstante, no dejó de ser extraña. "No los iban a pillar", fue la reacción de su pareja.
"Llego a dudar de que fuera mío", ha apuntado para intentar entender cómo fue capaz de hacer lo que le hizo a su bebé. Más sorprendido está de que la noche siguiente a los hechos se fueran a cenar y de copas como si nada hubiera pasado. También fueron de vacaciones a la zona de Levante con unos amigos poco después. "Unas vacaciones normales". Incluso llegó a contarles que había visto en redes sociales que le habían puesto un mote al bebé muerto y lo hizo "descojonándose de la risa".
El hombre, visiblemente emocionado, ha explicado cómo ha cambiado su vida. Está en tratamiento y ha abandonado la vivienda en la que vivían.
Las amigas de la joven también han declarado que la acusada no le dijo que estaba embarazada, pero que sí hablaban algo entre ambas de tener hijos. Lo que sí ha reconocido una de las amigas es que tiempo atrás había acompañado a la acusada para que esta abortara, sin que nadie más lo supiera. Otro amigo ha señalado que tras la noticia del bebé asesinado salida en los medios ella actuaba como si no fuera con ella y ha confirmado que estaba pasada de peso por lo que nadie en el entorno notó que estaba embarazada.
De acuerdo al relato del Ministerio Fiscal, en la mañana del 1 de agosto de 2019, la acusada, cuando estaba sola en su vivienda de Gijón, en la que residía con su compañero sentimental, dio a luz a un bebé vivo de 2.670 gramos de peso, de sexo varón, siendo su embarazo a término.
El mismo día, con la intención de acabar con su vida y antes de las siete de la tarde, hora a la que su compañero sentimental regresaba del trabajo, la acusada, utilizando un cuchillo de cocina, asestó al bebé 53 puñaladas en distintas partes del cuerpo, que le provocaron la muerte.
Después de matarlo, la acusada metió al bebé, unido por su cordón umbilical a la placenta, en una mochila, que tiró con el cuerpo dentro en el interior de un contenedor de basura situado en la misma vía, todo ello antes de que regresara su compañero sentimental. El bebé fue encontrado por un ciudadano la noche del día siguiente, a las 02.30 horas aproximadamente, dentro del contenedor.
La Fiscalía considera que los hechos son constitutivos de un delito de asesinato con alevosía, con la agravante de parentesco, y solicita para la acusada la pena de prisión permanente revisable y el pago de indemnizar al padre del bebé con 50.000 euros. Por su parte, la acusación particular solicita también prisión permanente revisable y el pago de una indemnización al padre del bebé de 105.000 euros, que pretende dona al Patronato San José.