La Policía Nacional ha apuntado que la principal hipótesis de las circunstancias que rodean a la muerte de Pablo Sierra, el joven estudiante desaparecido hace 15 días en Badajoz, es la que se debió a un accidente, según ha señalado el inspector jefe Chema Gordillo.
Este mando policial ha reiterado que se mantiene el secreto de sumario y que, por tanto, hay que esperar a la autopsia que se practique al cuerpo. En este sentido, ha indicado que barajan como principal hipótesis la muerte accidental del joven, aunque subrayando que "no se descarta absolutamente nada".
En la comparecencia de este viernes, el inspector jefe de la Policía Chema Gordillo ha hecho hincapié en que se sigue el secreto de las actuaciones decretado por el Juzgado de Instrucción 3 de Badajoz. Según este mando, "siempre" han seguido varias líneas de investigación, aunque "la más consistente siempre ha sido que se ha realizado por accidente" y que "el chaval ha sufrido un accidente".
"El chaval tenemos constancia de que se dirigía a la Residencia Universitaria Rucab, y en el trayecto se ha equivocado de dirección y por el motivo que sea ha aparecido en el río", ha detallado, para matizar que, una vez que ha aparecido el cuerpo, siguen con la línea de investigación de que "ha sido un fatal accidente lo que ha sufrido este chaval", y que una vez se realice la autopsia podrán dar más datos.
A las 11.43 horas , la Policía Nacional informaba en su cuenta de Twitter del fatal desenlace de una búsqueda iniciada el 2 de diciembre. "Desgraciadamente, todo indica que el cadáver hallado es el de Pablo Sierra. DEP", ha señalado este cuerpo policial. La familia del joven ya había sido avisada para proceder a la identificación.
El cuerpo ha sido localizado sobre las 10.00 horas de este viernes en el Pico del Guadiana por el Grupo Especial de Operaciones (GEO), que había trasladado a un equipo a la zona. A las labores de búsqueda se han sumado perros de la unidad canina.
El joven de 21 años, estudiante de Medicina, fue visto por última vez en la calle Zurbarán de la capital pacense el jueves 2 de diciembre tras salir con amigos en una zona de ocio y bares. Desde entonces se le buscaba por la zona del Pico del río Guadiana, tras encontrarse su teléfono móvil.
Los investigadores han buscado al joven estudiante de Medicina desde que no volvió a su residencia universitaria Rucab. Su teléfono móvil lo encontró un militar que paseaba por la orilla del río, en una zona cercana a donde ha aparecido el cadáver.
El terminal móvil presentaba manchas con lo que parecía restos de sangre, según el testimonio de esta persona que lo encontró y de la primera visual, aunque esto último estaba pendiente de análisis. Según han informado a Europa Press fuentes de la investigación, finalmente se ha descartado este extremo.
La investigación, declarada secreta, indagó desde el primer momento sobre las circunstancias de la desaparición, barajando si se debía a circunstancias violentas o a un accidente. Para ello se recabó el testimonio de las personas que se cruzaron con Pablo la noche que desapareció.
En concreto, el perro de la unidad canina de la policía especializada en la búsqueda de desaparecidos estaba en la embarcación y, cuando se han "acercado y se ha estado tocando ha empezado a marcarlo", ha dicho el subinspector.
A continuación, la delegada del Gobierno ha insistido en que se debe "mantener el sigilo" de la investigación judicial y que en la comparecencia se ha dado "una explicación posible al fallecimiento de Pablo", puesto que se debe esperar a la autopsia y ver "qué es lo que realmente nos dice el equipo forense y si, por supuesto, concuerda lo que se ha visto en el río con esa línea principal de investigación": "eso no significa que podamos esperar cualquier otro resultado".