Las imágenes, impactantes, dan cuenta de los efectos de la borrasca Gloria y su poder de devastación. En Portocolom, Mallorca, una ola inmensa ha obligado a desalojar a los vecinos de toda una urbanización. De repente, ante la atónita mirada de los allí presentes, del mar surgía esa gigantesca amenaza que hizo retroceder a todos quienes se encontraban cerca. Olas de hasta 14 metros han sobrepasado los edificios situados en primera línea de playa.
Los vecinos del lugar, sintiendo que el peligro se precipitaba sobre ellos, se apresuraron a cerrar las puertas antes de ser desalojados.
“Bastante miedo nos daba todo el oleaje viniendo para las casas y las paredes”. “Mi piso es un tercero y nos ha arrancado la cristalera del comedor”. “Agua por todo el piso. Vidrios rotos”, cuentan varios afectados, explicando, resignados, los efectos del temporal.
La fuerza del Mediterráneo se adentró velozmente en la isla arrastrando todo cuanto se interponía en su camino: “Las piedras venían de abajo del muro del mar”. “Como hoy no lo había visto nunca”, explican los vecinos, testigos de los destrozos provocados por la borrasca Gloria.
El agua inundó las calles, dejándolas cubiertas de espuma. Las olas han sido empujadas por rachas de viento de hasta 110 kilómetros por hora.