Las personas con movilidad reducida que viajan en el metro de Barcelona viven una auténtica odisea cada vez que tienen que bajar a los andenes de dicho medio de trasporte. En brazos o en la espalda pero siempre necesitan la ayuda de desconocidos para utilizar el metro. Es lo que viven personas como Álex y Lucía cuando llegan a las estaciones céntricas como la de Sans o la de Plaza de España.
Álex llega a Barcelona en cercanías y se encuentra el primer obstáculo para acceder al metro: "tengo que salirme fuera para coger el ascensor que llega supuestamente al metro". Sí, algo tan normal y cotidiano como entrar o salir del metro es todo un acto de superación. Este joven ha decidido denunciar la ausencia de accesos habilitados para personas con movilidad reducida como él.
Lucia es otra de las personas que denuncia este problema. Ella tiene que pedir ayuda a los viandantes para que le ayuden a bajar las escaleras, al igual que Álex. Las escaleras mecánicas están “desniveladas” por lo que necesitan que alguien les sujete mientras están realizando dicho trayecto y tienen que cruzar los dedos para que no llueva y empeore su situación. Incluso, subir al vagón puede convertirse en un auténtico calvario, que se repite cada vez que quieren desplazarse por el metro de Barcelona.
Con estas instalaciones que carecen de instalaciones que ayuden a la movilidad de estas personas uno de los elementos claves es armarse de “paciencia” y el otro organizarse. O al menos, así lo expresa Álex quien dice que siempre que sale de casa tiene que “saber dónde” quiere ir y “saber la hora que es”.
El 92% de la red de metro es totalmente accesible, pero en algunas estaciones siguen encontrándose obstáculos para subir las escaleras mecánicas y hasta llegar al exterior. Toda una odisea para la que exigen la adaptación urgente de las instalaciones. Desde Metro aseguran que para el 2024 este tipo de estaciones estarán totalmente adaptadas para que personas como Álex y Lucía puedan acceder a sus instalaciones sin ningún problema.