La ciencia continúa avanzando para mejorar la calidad de vida de muchos pacientes. En este caso, Hank es un exoesqueleto que permite andar a personas con movilidad reducida, con el objetivo de hacer que su cuerpo se acostumbre otra vez a lo que es caminar.
A través de una aplicación controlada desde una tablet, un técnico controla los movimientos que realiza esta estructura adaptable colocada en la parte inferior del paciente. Actualmente, el personal médico del Hospital de Parapléjicos de Toledo ya tratan a 50 personas.